Feijoo destaca que lo que dice Felipe González interesa más que lo que dice el presidente porque es más sensato
12 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El PP interpretó ayer el cierre de filas de los socialistas encabezado por Felipe González en el acto de homenaje a Pablo Iglesias al cumplirse cien años de su llegada al Congreso como una muestra del declive irreversible de José Luis Rodríguez Zapatero. Varios dirigentes populares coincidieron en señalar que la reunión, en la que participó la vieja guardia en pleno -desde Javier Solana hasta Alfonso Guerra-, puso en evidencia la debilidad de su liderazgo. Mientras, surgían en las filas socialistas dos nuevas voces críticas con el presidente del Gobierno, las de los ex ministros Jerónimo Saavedra y Jorge Semprún.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, fue muy claro al decir que el cónclave puso en evidencia que el PSOE tiene «un claro problema de liderazgo». Además, consideró sintomático que a él le interese más lo que dijo González que Zapatero, «porque dice cosas más sensatas, se da cuenta de la imagen de desconfianza que España transmite al exterior». Feijoo abogó por las elecciones anticipadas, ya que «con el país a la cabeza del paro y las autoridades europeas señalándole lo que tiene que hacer, lo más conveniente sería consultar a los ciudadanos qué gobierno querrían para que los saque de la crisis».
«Cuando se ven imágenes tan claras de prietas las filas es que las filas están más sueltas que nunca», aseguró Soraya Sáenz de Santamaría. La portavoz popular en el Congreso cuestionó el apoyo del ex presidente del Gobierno al actual inquilino de la Moncloa. «Ayer al señor González le tocaba la semana por Zapatero y estaremos a la espera de la semana anti-Zapatero, que debió de ser la pasada». Asimismo criticó a los socialistas por hacer «actos de pachín pachín cuando les va mal» y dijo que al PP siempre le toca sacar al país de las «crisis muy profundas en las que lo coloca el PSOE, ya sea con González o con Zapatero».
El secretario del Grupo Popular del Congreso, José Luis Ayllón, dijo que la celebración del jueves en la Cámara Baja le sonó a «acto de despedida» de Zapatero. En su opinión, los diputados y senadores socialistas parecía que se habían reunido para decirle «gracias, Zapatero, y adiós». El dirigente añadió que el presidente debe de ser el único ciudadano español que no está deprimido, en referencia al desmentido que hizo cuando González dijo que los socialistas sí lo estaban.
Voces discordantes
El coordinador de Economía del PP, Cristóbal Montoro, manifestó su «respeto» por el ex presidente, pero le acusó de haber dejado en 1996 un «balance de ruina económica» y «un país empobrecido».
Por su parte, los ex titulares de Cultura y de Administraciones Públicas y Educación de Felipe González, Jorge Semprún y Jerónimo Saavedra, respectivamente, se unieron a quienes en las últimas fechas han criticado a Zapatero. El actual alcalde de Las Palmas afirmó que el PP arrasaría en las elecciones generales si Alberto Ruiz Gallardón fuera el candidato, pero añadió que no será así porque el alcalde de Madrid tiene muchos enemigos en su propio partido. Esto sonaba a lo que dijo hace unos días el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, cuando en un debate con Javier Arenas afirmó: «El que Zapatero sea malo no los convierte a ustedes en buenos». Semprún criticó al presidente por no haber contado más con los políticos de la generación de González. «Zapatero no ha sabido establecer una cooperación entre su generación y la anterior», señaló, y añadió que «la podía haber utilizado mucho más». El novelista afirmó que, «globalmente, las medidas que ha adoptado el Gobierno son necesarias», aunque criticó a Zapatero por tardar tanto tiempo en reconocer la crisis y en tomarlas.