Setenta días después de su nacimiento, el movimiento de los indignados volvió a tomar la calle para revivir el espíritu del 15-M. Tras semanas de caminatas, las siete columnas procedentes de todos los rincones de España se dieron cita a última hora de la tarde de ayer en la madrileña plaza del Sol, emblema nacional de la movilización social y ciudadana previa a las elecciones del 22-M.
Centenares de personas se sumaron a los cerca de medio millar de indignados que han completado las diferentes rutas desde Galicia, Bilbao, Barcelona, Valencia, Murcia, Málaga y Extremadura. Todas estas marchas partieron tras la última gran movilización del 15-M: las 60 manifestaciones que el domingo 19 de junio sacaron a la calle cerca de 200.000 personas en todo el país en contra de los recortes sociales, el pacto del euro, la banca y los políticos.
Los organizadores aspiran a reeditar hoy esa movilización con una gran manifestación desde la plaza de Atocha al emblemático kilómetro 0 de Madrid. La marcha concluirá con una asamblea en la que se fijarán las líneas de actuación para este otoño.
A la espera de esa manifestación, los indignados de toda España se reunieron en la Puerta de Sol con la caída de la noche para tener una «asamblea narrativa» en la que contaron sus experiencias durante las marchas de los últimos días y se realizaron conexiones con otras plazas de Grecia, Egipto, Holanda, Reino Unido o Israel.