Los británicos han escuchado durante años que su reina, Isabel II, encabeza la familia real más costosa de Europa. Los Windsor le cuestan anualmente al erario público casi 48 millones de euros, y ocho de ellos son para su reina, Isabel II, lo que la hace ser cuatro veces más costosa que la danesa y sueca. Sin embargo, grupos antimonárquicos elevan esta cifra hasta los 208 millones.
La familia real holandesa es, tras la británica, la segunda más cara de Europa. Su mantenimiento cuesta casi 40 millones de euros al año, aunque es muy apreciada en este país. Según una reciente encuesta, solo un 11 % de la población desearía que el país se convirtiese en una república. La familia real holandesa, encabezada por la reina Beatriz, mantiene un discreto papel institucional.
Noruega no llega a los cinco millones de habitantes. Es una monarquía, pero la Casa Real y sus finanzas pasan desapercibidas para la ciudadanía. El rey Harald y la reina Sonja han recibido el pasado año del erario público 1,2 millones de euros, que tienen que ser evaluados por un auditor externo con firma, alguien, además, con reconocimiento y peso en la sociedad de ese país.