Tanto Feijoo como Rajoy destacaron exultantes la importancia del gran acuerdo alcanzado en torno al compromiso de cumplir con el déficit impuesto. Pero lo cierto es que, por dentro, la sensación de los dos políticos gallegos era la del alivio por haber conseguido apagar un incendio sin sufrir graves daños, más que la de haber conseguido un gran avance. Resulta complicado considerar un paso relevante que los presidentes autonómicos se comprometan con la consolidación fiscal cuando se trata de una obligación legal, ya asumida en el Consejo de Política Fiscal y Financiera y cuyo incumplimiento les acarrearía graves consecuencias que podrían llegar a la intervención por parte del Estado.
Fuentes de la Xunta explicaron a La Voz de Galicia que el objetivo era evitar a toda costa que la cumbre terminara en ruptura e insumisión. Algo que habría sido catastrófico para España de cara a los mercados y muy perjudicial para el PPdeG en la campaña electoral gallega. Feijoo se empleó a fondo en ese sentido y salió muy satisfecho de haber logrado aplacar el ímpetu mostrado por el vasco Patxi López, que proponía que se diera más tiempo a las comunidades para ajustar su déficit, y del catalán Artur Mas, empeñado en que el Estado central cediera ya a las comunidades una parte del margen fiscal que le ha concedido la Unión Europea, así como de que los presidentes populares díscolos moderaran el tono de sus quejas a Rajoy. Al final, todos firmaron, y eso es lo que Feijoo y Rajoy consideran importante.
Guante blanco con Mas
En ese objetivo de evitar a toda costa la desunión, unos y otros aparcaron todo lo polémico. Pese a sus fuertes diferencias, Feijoo mantuvo una postura de guante blanco con Artur Mas, con el que incluso mantuvo conversaciones informales cara a cara fuera del programa oficial. El catalán olvidó en Madrid todo lo referente a su discurso soberanista y los tres presidentes socialistas (el vasco Patxi López, el andaluz Jose Antonio Griñán y el asturiano Javier Fernández) tampoco plantearon su alternativa federalista ante el reto de Mas. Objetivo cumplido para Rajoy y Feijoo.