El ministro avisó de que habrá sorpresas con las próximas detenciones
18 oct 2012 . Actualizado a las 07:00 h.El dinero defraudado durante el último decenio por los tres grupos de las mafias chinas desarticulados equivalen al 3,5 % del PIB español. Con esos guarismos, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, y el director general de la Policía Nacional, Ignacio Cosidó, no se anduvieron por las ramas. El primero aseguró que la red que lideraba Gao Ping era una «auténtica máquina de evasión y blanqueo de capitales» que afectaba al sector del pequeño y gran comercio «desde el punto de vista de la competencia desleal». El segundo incluso fue más lejos y afirmó que la trama logró «distorsionar el funcionamiento de la economía española». «Esta operación pone de manifiesto que el crimen organizado es una amenaza no solo para los ciudadanos sino también para la economía», insistió Cosidó, consciente de la envergadura de los datos que manejan sus expertos y los de la Agencia Tributaria.
Dos años de trabajo
El director de la policía, que reveló que había ya 83 detenidos -58 de ellos de nacionalidad china-, hizo balance de la «histórica» actuación de las fuerzas del orden, tras felicitar a los agentes que durante dos años han trabajado para desmantelar la intrincada red de Ping. Según Cosidó, hasta ahora se han practicado 124 registros de inmuebles -los seis últimos en la jornada de ayer- y se han bloqueado productos bancarios, activos, vehículos y bienes pertenecientes a 122 personas físicas y otros 235 entes jurídicos.
Los primeros detenidos (19, entre españoles y chinos) comenzaron a pasar ayer ante el juez, quien, en principio, los acusa de blanqueo de capitales, falsificación documental, fraude masivo a Hacienda y explotación de los trabajadores, de los que podrían derivarse «delitos conexos». La Fiscalía exigió fianzas de entre 40.000 y 60.000 euros. Mandos policiales apuntan que una veintena de arrestados serán puestos en libertad y citados posteriormente para declarar como imputados.
El ministro aumentó más la expectación al dejar caer que «seguramente» el nombre de alguno de los nuevos detenidos será «sorprendente».