Rajoy ve al nacionalismo en fuera de juego

Mariano Rajoy aprovechó ayer el anunciado pacto entre el líder del PNV, Íñigo Urkullu, y el de CiU, Artur Mas, para que se reconozca a País Vasco y Cataluña como naciones, para cargar contra un nacionalismo al que ve en fuera de juego y en contra del signo de los tiempos. Aseguró que él prefiere «ir con el mundo» que va a hacia «grandes procesos de unión» y no secesionistas. «Los españoles en los años 1977 y 1978 hicieron una gran operación política y hay que intentar ir siempre a la mayor», señaló, y añadió que entonces «todo el mundo fue muy generoso» y así se aprobaron «muy mayoritariamente» normas de convivencia. Rajoy trató de cortar de raíz la supuesta internacionalización del conflicto entre España y Cataluña y afirmó que en el Consejo Europeo de Bruselas «nadie» le había preguntado por esa cuestión. Y ello, a pesar de que el primer ministro belga, Elio di Rupo, aseguró ayer que en la reunión se debatió sobre «el separatismo, el populismo y el extremismo en Europa».

Rajoy no quiere que se hable sobre Cataluña en Europa, ni siquiera para apoyar al Gobierno español. Y por eso obvió incluso el hecho de que el propio Di Rupo aseguró que «no es el momento para una separación entre los países». El Gobierno prefiere reservar al ámbito doméstico el debate con el nacionalismo. Y ayer endureció el tono. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría pidió que se tenga en cuenta que «Cataluña y País Vasco no es solo lo que digan CiU y PNV» y limitó sus reivindicaciones a sus programas electorales. Al consejero de Interior catalán, Felip Puig, que aseguró que los Mossos d?Esquadra se pondrían de parte de la Generalitat en caso de conflicto, le reprochó que haga estas declaraciones mientras «proliferan los chinches y las ratas en la prisión Modelo de Barcelona» y que confunda el Gobierno y el partido. «Si hay una estrategia de provocación, este Ejecutivo sabe que tiene que cumplir y hacer cumplir la Constitución, concluyó».

---

---

---