España ya no lidera, busca apoyo

Enrique Clemente Navarro
Enrique Clemente MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

<span lang= es-es >Morales cancela su entrevista con Rajoy.</span> El presidente boliviano argumentó una indisposición horas después de jugar un partido de fútbol con técnicos del Cádiz y concejales de la ciudada.
Morales cancela su entrevista con Rajoy. El presidente boliviano argumentó una indisposición horas después de jugar un partido de fútbol con técnicos del Cádiz y concejales de la ciudada. V. López< / span> Efe< / span>

El Gobierno quiere utilizar la reunión como palanca para promocionar la presencia de las pequeñas y medianas empresas en Iberoamérica

17 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

Las cosas han cambiado mucho desde que comenzaron estas cumbres en 1991. Durante años, España se presentaba como una locomotora económica capaz de ayudar a que sus amigos del otro lado del Atlántico tiraran hacia arriba. Hoy ha perdido su liderazgo y es un país en recesión que mira a Iberoamérica para buscar su apoyo en la salida de la larga crisis.

¿Qué puede aportar la cumbre?

Más allá de las declaraciones genéricas de escaso contenido real y del elevado componente propagandístico que caracterizan estas reuniones, pueden servir para estrechar relaciones bilaterales y preparar actuaciones futuras. La cumbre apoya en su declaración final las políticas de estímulo de crecimiento para favorecer la creación de empleo, frente a las de ajuste a ultranza que está aplicando la UE, la potenciación de los mercados regionales y la promoción de las pequeñas y medianas empresas.

¿Cuáles son los objetivos de España?

Iberoamérica crecerá un 3,2 % este año y un 4 % en el 2013. Además, ha reducido significativamente la pobreza -del 50 % al 30 %- y aumentado su clase media -más del 50 %- en el último decenio. Por tanto, es un mercado de 550 millones de personas cada vez más atractivo para los inversores. España es el primero entre los europeos y el segundo mundial en la región, por detrás de Estados Unidos. Pero la presencia es sobre todo de grandes empresas como Repsol, Telefónica o los bancos Santander y BBVA. De lo que se trata ahora es de abrir las puertas a las pequeñas y medianas empresas españolas, que pasan por un momento dramático y que podrían encontrar allí una salida. Para ello, el Gobierno quiere pactar medidas que lo faciliten en aplicación de la declaración final de la cumbre, que pide su promoción.

¿Apoyará la cumbre a España en el contencioso de Repsol?

La declaración final aboga por «fortalecer reglas claras, estables y previsibles que ayuden a promover las inversiones productivas nacionales y extranjeras, de acuerdo con las leyes de cada país». Es una cita muy genérica que alude a las normas de cada país, lo cual satisface a Buenos Aires y no representa un respaldo a la posición española. También hay un espaldarazo a las nacionalizaciones de materias primas.

¿A qué se deben y qué significan las ausencias de presidentes?

La ausencia más destacada es la de Cristina Fernández de Kirchner, que ha alegado motivos de salud parta no acudir a Cádiz. Pero la causa última sería la expropiación de las acciones de Repsol en la petrolera YPF, que dañó muy seriamente las relaciones bilaterales. La presidenta de Argentina ha llamado al rey y a Rajoy para disculparse, lo que ha relajado la tensión entre los dos gobiernos. También faltan Raúl Castro, que no ha acudido nunca a estas cumbres, como sucedía antes con su hermano Fidel, temeroso de enfrentarse a una orden de detención internacional. Hugo Chávez, que las desdeña desde el célebre «¿por qué no te callas?», que le espetó el rey. Pero ni siquiera ha enviado a su vicepresidente y canciller, Nicolás Maduro, con lo que ha querido marcar distancias y restar importancia a la cumbre. El plantón de última hora del nicaragüense Daniel Ortega tiene carácter político, como represalia al premio reina Sofía de Poesía otorgado a Ernesto Cardenal, antiguo ministro sandinista y hoy crítico con el poder.

¿Por qué han perdido importancia estas cumbres?

Por la falta de resultados tangibles, la reiterada ausencia de los líderes de algunos países importantes y la creciente importancia de las organizaciones regionales, donde sí se adoptan decisiones concretas que afectan directamente a los países latinoamericanos. Es difícil recordar alguna decisión concreta en las 21 cumbres celebradas hasta el momento.