El indulto estaba en la mesa de Gallardón cuando llegó al ministerio. Se valoró que no tuvieran antecedentes y que hubieran satisfecho la responsabilidad civil. Así, en febrero, Justicia les concedió un indulto parcial. Pero la Audiencia ordenó su ingreso en prisión por razones de peligrosidad criminal, repulsa y alarma social. Así, el Gobierno, en virtud de una norma de 1870, les concedió un segundo perdón en noviembre que conmutó la prisión por multa y la inhabilitación por suspensión, con el reingreso en el cuerpo. Más allá de las críticas, el aldabonazo para el Gobierno fue el manifiesto de los 200 jueces alentado desde el Supremo, donde perdura el enfado por el indulto que Zapatero concedió al vicepresidente del Santander, Alfredo Sáenz, que le permitió seguir en el banco.