Nuevos correos vinculan la actividad de Nóos con dirigentes del PP y del PSOE

Melchor Saiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Torres entrega mensajes que contradicen la declaración de Urdangarin

13 mar 2013 . Actualizado a las 17:20 h.

Primero contra la Casa Real; ahora contra los dos grandes partidos. Diego Torres parece no tener límites en su extraña estrategia de defensa en el caso Nóos. El que fuera socio de Iñaki Urdangarin ha entregado otra tanda de correos electrónicos al juzgado en los que ahora se jacta de sus contactos con miembros del PP y del PSOE. Torres, no obstante, no se olvida del duque y su entorno en esta nueva andanada de correos que desmontan parte de sus declaraciones.

A una semana de que el diputado del PP Esteban González Pons declare ante el juez como testigo, Torres se dedica a airear el contrato completo que compromete al exconsejero valenciano y hoy vicesecretario del partido gubernamental. Su abogado, Manuel González Peeters, entregó al juzgado una copia, con la firma de Torres junto a la del parlamentario, de una de las adjudicaciones bajo sospecha, el estudio sobre la posibilidad de celebrar unos Juegos Europeos, que jamás se realizaron, por los que Nóos se hizo con 382.203 euros a cambio de nada.

Pero esta última ofensiva no va solo contra los populares. También contra los socialistas, en particular contra el exsecretario de Estado para el Deporte Jaime Lissavetzky, quien ya apareció en otra hornada de correos anterior. Ahora, uno nuevo señala que el ahora portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid estaba al tanto de que Urdangarin iba a abandonar el Instituto Nóos y que iba a encabezar la Fundación Deporte, Cultura e Integración Social (Fdcis), la institución para niños discapacitados que luego sirvió de plataforma para evadir capitales. «Esta semana Lissavetzky ya sido informado personalmente», escribía Antonio Ballabriga, entonces directivo de Nóos. En otro correo anterior, Ballabriga informó a Urdangarin y a Torres de que el exministro José Blanco «habló» con el socialista Juan Ignasi Pla, entonces jefe de la oposición en Valencia, para «desactivar el tema de las preguntas parlamentarias» sobre las adjudicaciones a Nóos en esa comunidad.

Presidente en la sombra

Pero al margen de intentar involucrar a políticos de todo signo, el exsocio no pierde la oportunidad para seguir acorralando al que fuera su mejor amigo. En el mismo correo en que Ballabriga habla de los contactos con Lissavetzky, el directivo de Nóos revela que Urdangarin era el verdadero «presidente» de la Fdcis, aunque no iba a aparecer en esa institución oficialmente porque la Zarzuela le había recomendado que no siguiera en puestos tan visibles. «A partir de esta semana, Diego releva a Iñaki en la presidencia del instituto. En unas semanas, Iñaki pasará a presidir la nueva fundación sobre deporte e inclusión social», explica el dirigente de Nóos a la plantilla del instituto en un correo fechado el 7 de abril del 2006, en el que también da instrucciones para que Urdangarin solo aparezca de «portavoz» de los proyectos en los que participe.

Ese mensaje contradice la versión que ha mantenido Urdangarin, que siempre ha defendido que él, en Fdcis, era un mero asesor deportivo y que nada tiene que ver con las evasiones fiscales de esa fundación ni con el hecho de que todas las donaciones que recibía de empresas privadas y estamentos públicos terminaran en manos privadas.

Torres también aprovecha este nuevo escrito al juzgado de José Castro para atacar de nuevo a la Casa Real, sobre todo en la persona del secretario de las infantas, Carlos García Revenga, quien fuera tesorero de Nóos. García Revenga, a pesar de que anteriores correos apuntaban a que estaba al tanto de las decisiones en el instituto, en su interrogatorio siempre sostuvo que su función en Nóos era meramente decorativa, como la de Cristina de Borbón, y que era desconocedor de las cuentas y demás detalles del día a día.

Sin embargo, un nuevo correo de febrero del 2006 apunta a que Urdangarin le mantenía al tanto de los contratos y que el asesor real se encargaría de supervisarlo. «¿Te acuerdas que antes de Navidad enviamos un contrato firmado a Lagardere? No he tenido noticias. ¿Me puedes comprobar que día salió y si hay confirmación de entrega?», escribía el duque a García Revenga en referencia a un contrato bajo investigación con ese grupo de prensa francés que pudo suponer a Aizoon (la empresa del matrimonio Urdangarin-Borbón) unos 200.000 euros de beneficio.