El Gobierno tendrá que tomar partido sobre el yerno del rey

G. B. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

13 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Después de que el Gobierno se viera obligado a tomar posición en favor de la infanta Cristina al respaldar plenamente la Abogacía del Estado el recurso contra la imputación presentado por el fiscal, Pedro Horrach, el juez José Castro va a obligar ahora al Ejecutivo a retratarse sobre un asunto más peliagudo, como sería tomar partido en favor de Iñaki Urdangarin. Si, como es muy probable, la fiscalía y la Abogacía del Estado se vuelven a quedar solas en su tesis de que no es necesario retirar el pasaporte al yerno del rey y de que no hay nada que le impida abandonar España para desplazarse a un país con el que no existe un tratado de extradición, como ocurre con Catar, será difícil no ver la mano del Gobierno saliendo al rescate no solo de la infanta, sino de su marido.

La Fiscalía de Baleares y la Fiscalía General del Estado insisten en defender la independencia con la que Horrach ha tomado su decisión de recurrir la imputación de la infanta. Pero es difícil sostenerlo cuando el fiscal general del Estado asegura que él personalmente tampoco ve motivos para imputar a la infanta. «Nosotros creemos que, conforme con la ley, no existe ningún dato», dice. Ese «nosotros» es revelador y hace complicado creer que el fiscal del caso no consulta con sus superiores. Porque, a sensu contrario, ¿qué ocurriría si Torres-Dulce no estuviera de acuerdo con el criterio de Horrach? ¿Quiere dar a entender que lo desautorizaría públicamente?

«The Economist» y la abdicación

A esta delicada situación del Gobierno en torno al caso se suman las presiones políticas que recibe desde la oposición para endurecer los controles democráticos sobre la monarquía. Y si a ello se suma que incluso la prensa extranjera cuestiona la actuación del rey, el trabajo se le acumula al Ejecutivo. La revista británica The Economist destaca en su último número el desgaste que está sufriendo la monarquía española por los últimos escándalos y plantea si don Juan Carlos debería abdicar, siguiendo el ejemplo de la reina Beatriz de Holanda. El semanario concluye afirmando que el príncipe Felipe está preparado para asumir el relevo.