La histórica declaración como imputada de la infanta no quedará registrada en vídeo para la posteridad. El juez José Castro rechazó ayer los recursos de la acusación Manos Limpias y la defensa de Diego Torres contra su decisión de grabar solo el sonido del interrogatorio de la hija menor del rey y confirmó sus órdenes de que no haya imágenes para no se produzcan posteriores filtraciones. En su resolución, el instructor negó que esta medida constituya un «trato privilegiado» a la duquesa como alegaron Torres y el sindicato ultraderechista. «La ley no establece de manera obligatoria que las declaraciones de testigos o imputados hayan de ser necesariamente grabadas audiovisualmente», recordó .
«No es de recibo», explicó, que se considere un «escandaloso privilegio» su decisión de grabar solo en audio a la infanta «únicamente por el hecho de que a la parte que se le ha concedido esta petición tenga cierta relevancia social y posicionamiento institucional». En esa línea, adujo, que hubiera tomado esa misma determinación si cualquier otro imputado le hubiera pedido antes que su declaración no fuera registrada en imágenes y hubiera propuesto «solución intermedia», como la de grabar el sonido, como ha hecho la defensa de Cristina de Borbón. Se hubiera evitado así, recordó, las más de 22 horas de la primera declaración de Urdangarin, que fue transcrita pregunta a pregunta, al ordenarse que no fuera grabada en vídeo. «Considerar este asunto un trato privilegiado son ganas de ver la cuestión desde una peculiar óptica que en absoluto corresponde con lo que este juzgado ha venido predicando», apuntó con cierto enfado el instructor.
Castro rechazó también la petición fiscal de unificar en una sola las acusaciones del ultraderechista Manos Limpias y el izquierdista Frente Cívico, la fundación que lidera Julio Anguita. El magistrado consideró que las diferencias entre ambas son «irreconciliables».