Una oportunidad para las Google Glass

Tino Novoa EN LA FRONTERA

ESPAÑA

27 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Entre los superpoderes que parecen adornar a Mariano Rajoy no se encuentra el de la ubicuidad. Por eso, maniatado por el debate parlamentario, no ha podido visitar el congreso mundial del móvil y se ha perdido la presentación de prototipos de gafas inteligentes como las Google Glass. Una de las virtudes de estos nuevos dispositivos es la explotación de la realidad aumentada, la aportación de información virtual que contextualiza y amplía los datos físicos. Con este artilugio, el presidente habría ampliado su campo de visión y habría percibido una realidad bastante diferente a la que se ve desde su despacho, mucho más negra de la que reflejan una interesada selección de cifras macroeconómicas.

El éxito de Rajoy ha sido llevar el debate al terreno que le interesaba, el de los indicios de recuperación económica, y sortear temas, como la corrupción o el aborto, que podían hacerle mucho daño. Sabía que la oposición le iba a dar por todos los flancos. Pero tiene un gran escudo: el pasado de Rubalcaba. Este fue mucho más fiel a la realidad, pero sus ataques se diluyen como un azucarillo ante sus pretéritas responsabilidades. Sigue siendo el lastre del PSOE, que así difícilmente remontará el vuelo, y el gran parapeto del presidente. Rajoy ha hecho de la resistencia un arte. Fija una postura, la ampara con unos cuantos argumentos, simples pero efectivos, y se atrinchera. Ya se moverán los demás. Esta estrategia le sirvió tanto para dominar el PP como para llegar al Gobierno, y ahora la aplica lo mismo para la economía que para Cataluña o ETA. Gana porque su paciencia es infinita. Pero su resistencia genera demasiadas víctimas, y así se puede aumentar el poder, pero no se construye nada sólido. Para afianzar el futuro hay que hacer como las gafas inteligentes, expandir la mirada y los espacios de convivencia.