El Gobierno abandona la teoría de la conspiración sobre la autoría del 11-M, pero el PP no

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El ministro del Interior reconoce la autoría yihadista pero Cospedal insiste en arrojar dudas

10 mar 2014 . Actualizado a las 23:38 h.

Nunca antes, con tanta claridad el Gobierno había admitido que la teoría de la conspiración que apuntaba a que ETA estaba detrás de los atentados del 11-M no tiene ninguna base. Lo hizo el ministro del Interior. «Honestamente, hay que reconocer que no se ha podido acreditar vinculación alguna entre ETA y los autores materiales del atentado», dijo Jorge Fernández Díaz, quien admitió que los terroristas de la matanza, «básicamente, aunque no todos», fueron los activistas que se suicidaron en Leganés el 3 de abril del 2004.

El titular de Interior luego apuntó que la «verdad judicial» no es la «verdad absoluta» e intentó justificar la posición del Ejecutivo de Aznar entonces porque «inicialmente todo el mundo pensó que había sido ETA». Y recordó que incluso el lendakari Juan José Ibarretxe también señaló a la banda terrorista vasca. Pero aún así, el ministro insistió en que el proceso judicial «ha esclarecido básicamente todo lo sucedido» hace una década

La contundencia de Fernández Díaz al desmarcarse definitivamente de la teoría de la conspiración contrastó con algunas de las voces más cualificadas del PP, que insistieron en mantener viva esa hipótesis. Sobre todo su secretaria general, María Dolores de Cospedal, quien dijo que no «hay que cerrar nunca la puerta a nada» y que «cualquier luz (sobre los atentados) que se pueda ir añadiendo siempre va a ser bueno». «Lo mejor es conocer toda la verdad y cualquier dato será bien recibido», apuntó la número dos de los populares, quien se negó a «valorar» lo que la Justicia dictaminó sobre la autoría de aquella matanza.

El presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, también se sumó a no dar por «enterrada» la teoría de la conspiración. Hay -dijo- «distintos puntos de vista» sobre esa cuestión, pero lo importante es conocer «quién hizo aquel atentado tan salvaje».