Un cambio para que todo permanezca igual en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. La biografía de la flamante ministra Isabel García Tejerina (Valladolid, 1968) y la de su antecesor en el cargo, Miguel Arias Cañete, tienen más de un punto en común. Ambos atesoran una amplia formación académica, son políglotas y comparten la peculiar habilidad de negociar en momentos de máxima tensión.
La nueva titular de la cartera de Agricultura, como Cañete, cuenta con una doble licenciatura. En ingeniería agrónoma, por la Politécnica de Madrid, y en Derecho, por la Universidad de Valladolid. Además, tiene varios másteres, entre los que destaca uno en Comunidades Europeas y otro en Economía Agraria. Este último lo cursó en la Universidad de California Davis con una beca de La Caixa.
Ambos ostentan el respaldo de las principales asociaciones agrarias, con las que perfilaron la posición española en relación a la reforma de la Política Agraria Común (PAC), y el recelo de las organizaciones ecologistas. Algunos de estos colectivos reprochan que la nueva ministra responsable de Medio Ambiente haya desempeñado tareas directivas en una empresa encausada penalmente por delito ecológico.
La experiencia en el sector público de García Tejerina no se circunscribe a los dos años y medio que ha desempeñado el papel de número dos de Cañete. Fue la responsable de Agricultura de la Delegación de Castilla y León en Bruselas y fue asesora de los también ministros de Agricultura Loyola de Palacio y Jesús Posada, actual presidente del Congreso. Ambos del PP. Lo que si diferencia a la ministra de su antecesor es su escasa experiencia política, necesaria en los rifirrafes diarios, sobre todo en los parlamentarios. Aunque milita en el PP, nunca ha desempeñado un cargo orgánico en el partido ni ha concurrido a unas elecciones.