El congreso que aspiraba a ser el de la unidad se cierra con división interna

G. B. Madrid / la Voz

ESPAÑA

28 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

El PSOE vuelve a las andadas. El congreso extraordinario, planteado como el de la unidad que sirviera de punto de inflexión para superar la caída en picado en la que ha entrado el partido desde la pérdida de las pasadas elecciones generales, se vuelve a cerrar sin que sea posible la unidad en torno al nuevo líder. Eduardo Madina, que ha demostrado más vehemencia a la hora de reclamar su cuota de perdedor que pasión a la hora de apostar por el liderazgo del PSOE, se muestra dispuesto a mantenerse en la oposición a Sánchez. Destacados delegados en este congreso aseguran que hubo incluso un intento de torpedear la elección de la ejecutiva sumando un fuerte voto de castigo con delegados afines a Madina, a José Antonio Pérez Tapias y al asturiano Javier Fernández. Sánchez, aconsejado por veteranos del aparato, resistió todas las presiones y se blindó con un escudo de barones territoriales, que le garantizarán su apoyo para convertirse en el candidato socialista a las generales, y con el respaldo de la poderosa presidenta andaluza, Susana Díaz.

Esas circunstancias de desunión hicieron que ayer no se detectara una euforia excesiva en los pasillos del hotel Auditorium Había caras largas por parte de los que se consideran perjudicados y de preocupación por la de los que, por su veteranía, saben del peligro que entraña esta situación. Lo que evidenciaba el cambio en el PSOE era la corte que acompañaba a Sánchez cada vez que bajaba al plenario y el anonimato con el que algunos de los que hasta hace poco lo eran todo en el partido deambulaban por los pasillos. Ayer, al menos, se acercó al congreso el expresidente Zapatero, que no estuvo el sábado y que está cada vez más alejado de Rubalcaba por considerar que lo ha traicionado.

En lo que afecta a Galicia, al margen de ser el primer secretario general del PSdeG elegido por el voto directo de los militantes, el plus de autoridad y legitimidad que recibe Gómez Besteiro con su entrada en la ejecutiva federal del PSOE le llega en un momento muy oportuno. Los rivales gallegos como Francisco Caamaño y Pachi Vázquez, que aspiraban a mermar su liderazgo, quedan además muy tocados después de haber apostado por Eduardo Madina, que no solo ha perdido las primarias, sino que pierde aprecio a raudales en el partido por su mal perder. Besteiro no se engaña, sin embargo, y sabe que por el hecho de abrirse una nueva etapa en el PSOE no se van a solucionar de golpe todos los problemas en el PSdeG.