José Manuel Romay Beccaría: «Hay que oponerse a quienes se han aprovechado de la política»
ESPAÑA
fue secretario general de Salud con Franco, subsecretario de Presidencia y de Gobernación, conselleiro, parlamentario, concejal, presidente de Diputación, ministro y presidente del Consejo de Estado. «La experiencia es un grado», mantiene José Manuel Romay Beccaría (Betanzos, 1934), el decano de los políticos gallegos en activo.
-¿Considera que la clase política necesita una mayor renovación?
-Creo que se ha ido renovando conforme ha ido transcurriendo el tiempo. No hay más que acudir a las hemerotecas y comprobar cómo esto ha ido produciéndose con normalidad.
-¿También en Galicia?
-Galicia cuenta con un gobierno presidido por una persona joven y con la experiencia necesaria para ello, con personas de similares características. La presidencia de la Diputación de A Coruña, la alcaldía de Ferrol y otras muchas de esa misma provincia, que es la que más conozco, están desempeñadas también por alcaldes mayoritariamente jóvenes.
-¿Y no considera necesario limitar los mandatos para evitar cargos con más de dos decenios e incluso tres?
-La limitación de mandatos puede ser inicialmente valorada de forma positiva, si bien es una cuestión que se ha de abordar distinguiendo de qué nivel de gobierno se está hablando; no es igual el mandato para el gobierno del Estado o de las autonomías que si hablamos del de la Administración Local y, dentro de esta última, no todos los municipios, por su dimensión requerirían los mismos tiempos para ganar en eficacia y eficiencia.
-¿Usted que acumula el paso por numerosos puestos estima que la experiencia pesa a la hora de designar cargos y candidatos?
-La expresión «la experiencia es un grado» tiene mucho de realidad. Cuanto más se conoce y más se sabe, hay más posibilidades de acierto en la actuación. Pero la experiencia no es todo, ha de ir acompañada de una voluntad constante de mejora y progreso.
-¿Entiende que se deslegitima a los políticos si se les considera como una casta?
-La función política tiene una razón de ser absolutamente legítima y válida que es la vocación de servicio público. En España ha habido y hay grandes políticos porque su trabajo y esfuerzo tiene ese objetivo de forma exclusiva. Otra cosa es que haya quienes se han aprovechado de la política para su propio beneficio y a ello hay que oponerse con todos los medios a nuestro alcance.
-¿Y no viven en cierta manera en otro plano distinto al de la mayoría de la sociedad?
-La clase política en general, no vive al margen de la ciudadanía porque ellos son también ciudadanos, conocen la realidad y viven en ella. Ocurre, sin embargo, que no todo el mundo tiene la misma capacidad para conectar y comprender la pluralidad de situaciones difíciles.