El PP aprieta el acelerador contra Ciudadanos en Andalucía

Mariluz Ferreiro SEVILLA / ENVIADA ESPECIAL

ESPAÑA

Raúl Caro | EFE

Acusa al partido de Rivera de querer perpetuar «el régimen socialista»

17 mar 2015 . Actualizado a las 08:00 h.

Andalucía será la primera comunidad que tendrá que encajar las piezas del nuevo rompecabezas político. Entran en escena Podemos y Ciudadaqnos más allá de la tertulia televisiva. Tras la irrupción del partido de Pablo Iglesias en las europeas, es la formación de Albert Rivera la que parece que ha encontrado su Momentum en la campaña andaluza. El PP hace tiempo que ha renunciado al triunfo en estas elecciones. Daba por sentado que una buena parte de los votantes que le habían otorgado a Javier Arenas una victoria amarga en el 2012 esta vez se quedarían en casa. Pero ahora el temor es que el runrún de las encuestas se convierta en realidad y que muchos elijan la papeleta de Ciudadanos. Y esa tendencia puede mantenerse de cara a las generales. Por eso el PP pisa el acelerador. Su candidato, Juan Manuel Moreno, asegura que el partido de Rivera planea «un pacto con el PSOE» y Carlos Floriano dice que «su objetivo es sostener el régimen socialista en Andalucía».

Mariano Rajoy vende su apuesta como la única opción de cambio en Andalucía. «Después de 30 años gobernando siempre los mismos en Andalucía», señaló en una entrevista concedida a Onda Cero. Clave autonómica. Un giro en San Telmo, que desde la democracia solo ha conocido presidentes socialistas. Pero una apuesta continuista si se interpreta desde una perspectiva nacional. Ciudadanos publicita su «cambio tranquilo» frente a Podemos. Su candidato, Juan Marín, ya apuntó cuando arrancó la campaña que está dispuesto a pactar con PP o PSOE siempre que incluyan sus propuestas, pero aseguró que nunca pactará con la formación de Iglesias. Rivera asegura que el que quiera tenerlos como aliados tendrá que asumir sus propuestas y no solo «cambiar sillas».

Ciudadanos se presenta como una nueva amenaza para los populares. Podemos sangraba al PSOE y a IU. Rivera pesca en el mismo mar que el PP. Quiere voto de centro. Y puede movilizar a los indignados que no se atreven a apoyar a Iglesias y compañía. Además, esta formación puede ser una opción intermedia para Susana Díaz. Una solución inesperada. Supondría encontrar un aliado sin vender su alma a una coalición con los populares (siempre que se habla de esta posible unión asoma el fantasma del Pasok griego). Y también evitaría aupar a Podemos, convertirlo en una formación clave para la gobernabilidad en un feudo socialista. En esa geometría variable pierde peso IU, diluido entre sus dos oponentes de izquierda.

Teresa Rodríguez, la candidata de la formación de Iglesias, había lanzado ya sus teorías sobre las pactos en la Junta andaluza. La exdiputada europea cree que el pacto PP-PSOE ya está firmado desde hace tiempo.

En UPyD lamentan que los contendientes hablen de pactos y no de protestas. Esta fuerza se ve superada por un partido mucho más joven en su intento de hacerse con sufragios de centro derecha.

Rajoy se niega a ver las elecciones andaluzas como un ensayo para las generales, «porque en España son muy distintas, la gente distingue».

Aunque los dardos de los posibles pactos marcaron la jornada. Los candidatos también lanzaron promesas. Moreno se compromete a crear un millón de puestos de trabajo si gobierna en Andalucía. Mientras, Susana Díaz asegura que recuperará la Consejería de Cultura como un departamento específico dentro del Gobierno autonómico. Habrá que ver qué dice Podemos.