El líder de Podemos ataca a la formación de Alberto Garzón por estar anclada en una visión de la izquierda anticuada que nunca ganará las elecciones
12 jul 2015 . Actualizado a las 01:26 h.Nunca hasta este sábado Pablo Iglesias se había dirigido con tanta dureza hacia Izquierda Unida. El secretario general de Podemos no se refirió en ningún momento al partido de Alberto Garzón y Cayo Lara. En su lugar aludió en repetidas ocasiones al «pitufo gruñón». Como ese personaje animado, IU siempre dice que no a todo, dijo el eurodiputado. Según enumeró, criticaron a Podemos cuando aprobó sus primarias o cuando se abrió más allá de un tipo de política de izquierda tradicional fracasada para situarse como un partido transversal en el que tienen cabida tanto los antiguos votantes del PP como los del PSOE.
Iglesias fue rotundo al afirmar que no cederá al chantaje de IU para que Podemos entre en a formar parte de una candidatura de unidad popular. «Dicen que sin sus 500.000 votos Podemos puede perder hasta 30 diputados, yo digo que eso lo decidirá la gente», clamó Iglesias durante un mitin en Vallecas. En este barrio madrileño Podemos celebró a lo largo del sábado el Foro por el Cambio, una cita en la que se abrieron 30 mesas de debate en las que junto a las máximas figuras del partido participaron representantes de movimientos sociales y ciudadanos de a pie. El objetivo era discutir propuestas para la elaboración del programa con el que Podemos se presentará a las generales, pero sobre todas las deliberaciones sobrevoló Ahora en Común, el frente de fuerzas de izquierda apoyado por IU y que amenaza con disputar una parte del voto con el que Podemos cuenta para llevar a Iglesias a la Moncloa.
En su discurso, Iglesias insistió en que las puertas de Podemos están abiertas para todas las personas, pero no para partidos como IU con los que no comparte programa ni proyecto para vencer las generales. Antes que Iglesias también cargaron contra Ahora en Común Iñigo Errejón o Juan Carlos Monedero. Aunque el número dos del partido consideró «legítimo hacer una sopa de siglas de la izquierda», también destacó que el cambio político no es posible con el único apoyo de los votantes progresistas, sino que debe de llegar de la mano de una nueva mayoría social formada por personas que en el pasado votaron a unos o a otros, a la izquierda o la derecha. Como ya hiciera Iglesias el viernes, Errejón apuntó directamente a Izquierda Unida como promotora de Ahora en Común. «Cuando nacimos dimos una sacudida al tablero electoral y hubo perjudicados que ahora intentan concurrir a las elecciones con las mejores perspectivas posibles», explicó.
Monedero cerró filas con el aparato del que fue apartado el 30 de abril tras criticar la deriva de la formación hacia la moderación. El profesor de Ciencia Política advirtió de que quien «pretenda debilitar a Podemos y a Pablo Iglesias va en la dirección contraria al cambio». A continuación, Monedero valoró que «la cercanía de las elecciones hace que surjan ofertas con rostros del pasado», en relación a Izquierda Unida. Y concluyó con un ataque indirecto a los impulsores de Ahora en Común al afirmar que «una suma de cabecitas de ratón no constituye un ratón grande, sino un ratón Frankenstein que no va a ser capaz de generar ningún tipo de emoción en la ciudadanía».
A las tesis de Iglesias, Errejón o Monedero se sumaron otros pesos pesados del partido como el secretario de Participación, Rafa Mayoral, o el secretario general aragonés, Pablo Echenique. El veredicto de todos ellos fue el mismo. Podemos nunca pactará con Ahora en Común, y por extensión tampoco con Izquierda Unida
Contra el PP
Al margen de Ahora en Común, los dirigentes de Podemos también tuvieron tiempo para referirse al Partido Popular. Mientras Errejón ironizó sobre «el congreso de diseño para prometer rebajas electorales» que el PP llevó a cabo, Monedero definió a la formación de Gobierno como «un grupo de caimanes que acaba de llevar su logo a la peluquería y no para de intentar morder a Podemos».
Los dirigentes de la joven formación no esquivaron responder a las críticas que el sistema de primarias ha levantado a nivel interno y que ha llevado a más de un tercio de sus diputados regionales a exigir que se consulte a las bases sobre cómo debe elegirse a los candidatos de la formación al Congreso. Según dijo Monedero, aquí también alineado con las tesis de la dirección nacional, si Podemos ha debido tomar decisiones precipitadas es porque «Rajoy utiliza la fecha de las elecciones para un interés propio, cuando un verdadero demócrata -dijo- las hubiese pactado con el resto de fuerzas».
Sánchez Gordillo y Cañamero se presentan a las primarias para intentar ser diputados
Los históricos líderes sindicalistas andaluces Juan Manuel Sánchez Gordillo y Diego Cañamero concurrirán a las primarias de Podemos para ser candidatos a un escaño en el Congreso de los Diputados. Los líderes jornaleros encabezarán una lista de 60 personas bajo el nombre Utopía y dignidad en la que el número tres será el director de cine Benito Zambrano. Sánchez Gordillo y Cañamero declinaron la posibilidad de disputar con Pablo Iglesias la candidatura de la formación a la presidencia del Gobierno porque, afirman, el eurodiputado «es el mejor aspirante posible». Sin embargo, se postulan a la Cámara baja para añadir pluralidad a la lista que Podemos presentará a los próximas generales. Pese a considerar a Iglesias la mejor opción para alcanzar la Moncloa, los sindicalistas andaluces no han ahorrado críticas a la gestión del secretario general. En opinión de Sánchez Gordillo, y en coincidencia con el sector crítico de Podemos, las primarias de la formación se han abierto demasiado deprisa, con muy poco tiempo para llevarlas a cabo.