El PP aprobará la elección de sus líderes con el voto de la militancia

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo BAreño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Los populares acusan al PSOE de aliarse con los que amenazan la libertad

11 jul 2015 . Actualizado a las 12:07 h.

Probablemente más forzado por las circunstancias que por una convicción profunda, el PP se encamina a una democratización interna similar a la que han adoptado ya otros partidos, por más que se resista a aceptar el término y el procedimiento de primarias. La conferencia política que celebran los populares estuvo ayer marcada por este debate. La secretaria general, María Dolores de Cospedal, hizo una llamada a la participación «directa» de los militantes «en la elección de nuestros presidentes provinciales, regionales y nacional» de manera que el elegido «sea también el candidato». Aunque no todos en el PP respaldan esta posición, se da por hecho que será la que acabará imponiéndose. La fórmula será transformar los congresos del PP, en los que existe un voto delegado de la militancia a los compromisarios, en procesos en los que todos los afiliados participen directamente.

Primar a la lista más votada

El otro debate que afronta el PP es el de la limitación de mandatos. Se aboga por establecerla tanto para los cargos públicos como para los orgánicos, algo que, de nuevo, choca con la opinión de otros dirigentes del partido. Aunque nunca se aplicarían para las próximas elecciones generales, si ambas propuestas se aprobasen en el congreso del 2016 significaría que el siguiente líder de los populares sería elegido ya en el congreso posterior a este con el voto directo de todos los militantes. Y que no podría ser ya Mariano Rajoy.

El PP plantea también una reforma de la ley electoral. Aunque el objetivo sigue siendo que gobierne la lista más votada, la novedad es que la propuesta ahora es una «prima de gobernabilidad», de manera que el ganador de las elecciones tenga más escaños de los que le corresponderían, facilitándose así que pueda gobernar. Un sistema inspirado en el modelo de Grecia, pero que se aplica también, con matices, en Alemania o Italia.

De cara al exterior, también hubo cambios en la conferencia. Hace apenas seis meses, en la convención nacional del PP del mes de enero, Mariano Rajoy convirtió a Podemos en su principal rival político, dedicando todos sus ataques a la formación de Pablo Iglesias e ignorando a un PSOE al que parecía dar por amortizado. Medio año después, ha dado un giro a esa estrategia y vuelve a situar a los socialistas en el centro de la diana. El discurso es ahora el de acusar al PSOE de ser un problema para España por haberse aliado con quienes ponen en peligro las libertades con el único objetivo de desalojar del poder al PP.

En una breve intervención de apertura, Mariano Rajoy marcó ya esa línea de trabajo al reprochar a los socialistas el haber «dejado sus votos» para que Podemos y las plataformas en las que participa puedan «apropiarse» de muchas alcaldías de ayuntamientos españoles en donde el más votado ha sido el PP. La secretaria general de los populares, María Dolores de Cospedal, incidió luego en ese argumento al acusar al PSOE de ser un «aliado» de que quienes ponen en riesgo y «amenazan» el sistema de libertades en España.

La número dos del PP contrapuso las «soluciones, respuestas y certezas» que ofrecen los populares a las «políticas de la rabia, de juego de tronos y de banderas» en las que se empeñan otras fuerzas. Aseguró que, por el contrario, lo que busca el PP es «una España libre de rencores, de rabia y de ese resentimiento».

Los cambios no llegan al discurso sobre la corrupción

Las novedades en el PP no alcanzaron a un nuevo discurso sobre los casos de corrupción que afectan al partido. Al contrario, Cospedal se limitó a señalar que ya no están en el PP «aquellos que utilizaron las siglas para aprovecharse de sus cargos y abochornarnos, indignarnos y ofendernos». En el partido se esperaba con expectación el discurso de la secretaria general, muy debilitada tras perder la presidencia de Castilla-La Mancha y tras los cambios introducidos en el PP por Rajoy. Pero, más allá de agradecer a los militantes todos sus esfuerzos durante «estos años que han sido duros y poco gratificantes», no dio pista alguna sobre su futuro como número dos del partido. Lo que sí puede apreciarse es que el destacado papel del responsable de la campaña electoral, Jorge Moragas, ha limitado notablemente la autoridad de la número dos.

Feijoo dice que hay que modificar «las actitudes y las políticas» con más «humildad»

El presidente de la Xunta y del PP de Galicia, Alberto Núñez Feijoo, uno de los más demandados por los militantes populares que asistieron a la conferencia, afirmó que el PP necesita «renovar actitudes y políticas» y también acometer una reflexión en todos los niveles para recuperar la confianza de quienes han dejado de votarle. En uno de los discursos más autocríticos que se escucharon en la cita, Feijoo admitió que si el partido ha organizado esta conferencia es porque el resultado de las elecciones municipales y autonómicas no fue el esperado, pese a volver a ser el partido más votado y a que en este momento «no es que el PP sea necesario, sino imprescindible».

«Cualquier partido que quiere seguir siendo líder y tener la representación mayoritaria ha de escuchar a las urnas con atención. Los partidos que no entienden lo que los ciudadanos le dicen no tendrán buenos resultados en las próximas elecciones», advirtió el presidente de la Xunta. A su juicio, lo que debe hacer el partido es lanzar «un mensaje de humildad» a todos los niveles. «No estamos para hacer un mitin, sino para renovar actitudes y políticas», afirmó. Y explicó, además, que no se trata solo de «un problema de la dirección nacional, sino también de las direcciones locales, provinciales y autonómicas».