Unió Democràtica, el partido de Duran, declara una deuda de 19 millones que lo aboca a la ruina

C. R. BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Ahora tiene tres meses para presentar un nuevo plan de viabilidad y para renegociar los créditos con los bancos antes de junio, que es cuando celebrará el congreso extraordinario

16 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La situación financiera de Unió Democràtica de Catalunya (UDC), formación que tiene más de ochenta años y que entre 1978 y el 2015 formó parte de CiU, es más delicada que lo que reflejan los informes del Tribunal de Cuentas. El partido democristiano reconoció ayer unas deudas de 19 millones de euros, una cifra que supera en tres millones a la que había calculado el ente fiscalizador y que le obligan a vender sus principales sedes, entre ellas la central de Barcelona y apretarse el cinturón en todos los ámbitos.

El hecho de no haber obtenido representación ni en el Parlamento catalán ni en las Cortes en las dos últimas elecciones, a las que concurrió por primera vez en solitario tras romper con Convergència por la apuesta independentista de sus exsocios, ha limitado los ingresos del partido, que como los demás se financia en buena medida con los fondos que recibe de las cámaras en función de los resultados electorales. Hasta hace bien poco, su presencia parlamentaria le permitía ir «paso a paso reubicando la deuda», como recogía el plan de viabilidad aprobado en el último congreso, según reconocieron sus dirigentes.

El fantasma de la disolución

Con representación solo en el ámbito municipal, el partido liderado hasta hace dos meses por Josep Antoni Duran Lleida se ha visto en la necesidad de pedir un preconcurso de acreedores, la antigua suspensión de pagos. Ahora tiene tres meses para presentar un nuevo plan de viabilidad y para renegociar los créditos con los bancos antes de junio, que es cuando celebrará el congreso extraordinario más complicado de su historia y donde sobrevolará el fantasma de la disolución. Aun así, sus dirigentes no pierden el optimismo. «No queremos disimular ni ocultar el problema económico. El primer paso para resolverlo es reconocer esta situación compleja», afirmó el secretario general del partido, Ramón Espadaler.