Alcanza un acuerdo de mínimos con Errejón para organizar el congreso de febrero
18 dic 2016 . Actualizado a las 00:54 h.Ni «bloques», ni «corrientes», ni «partidos». Pablo Iglesias quiere un Podemos monolítico en el que no haya espacio para cuestionar la estrategia ni las órdenes de la dirección. Es decir, las suyas en caso de que consiga, como pretende, ser reelegido secretario general en la próxima asamblea de la formación. El líder del partido morado lanzó ayer esa advertencia, dirigida directamente contra su número dos, Íñigo Errejón, que mantiene en este momento un pulso con Iglesias al cuestionar ese modelo de partido vertical a la antigua usanza y plantea una organización mucho más horizontal y participativa.
Los dos dirigentes alcanzaron pese a todo un acuerdo de mínimos para la formación de un «equipo técnico» que será el encargado de organizar el próximo congreso y que contará con tres miembros afines a cada uno de ellos y otro de la corriente anticapitalista. Este comité deberá adoptar sus decisiones por unanimidad. El debate que se produzca en los días del congreso -el fin de semana del 11 y 12 de febrero- no influirá en la elección de la dirección, dado que el proceso para votar se cerrará el sábado por la tarde para que Iglesias sea proclamado secretario general el domingo 12.
Pero el mensaje que ayer lanzó Iglesias ante el consejo ciudadano es que, aunque ahora es posible el debate interno, una vez que se celebre el congreso de febrero las críticas deberán cesar para dejar paso a la unidad, de manera que todos se sumen a la estrategia del secretario general. Iglesias quiere acabar con la situación actual en la que, aunque su liderazgo no se discute, el partido se encuentra dividido en tres grandes bloques: pablistas, errejonistas y anticapitalistas, y un sinfín de corrientes territorializadas que no comparten su modelo de partido y cuestionan abiertamente sus decisiones. Los debates abiertos ahora se deben cerrar, según dijo, tras la asamblea de Vistalegre, de manera que los críticos no constituyan «bloques, ni corrientes ni partidos irreconciliables dentro del partido».
Errejón rechaza la uniformidad
Pero Errejón no está por la labor. A través de un mensaje en Twitter, contestó a esa propuesta de Iglesias afirmando que el reto de Podemos es «construir unidad no desde la uniformidad sino desde el debate y la articulación de lo diverso». «El reto es ganarles sin ser como ellos», señaló, criticando así que Iglesias pretenda implantar un modelo de organización exactamente igual al de los partidos tradicionales, es decir a los de la casta, en los términos utilizados por Podemos.
De cara al congreso, lo que pretende Iglesias es que votar una persona para la dirección implique apoyar la propuesta política que presente. Algo que, evidentemente, favorece a un líder indiscutido como él y dificulta que se aprueben propuestas que no sean las suyas. «Cometeríamos uno de los vicios tradicionales de los viejos partidos si convirtiéramos la organización en un campo de batalla de diferentes partidos que compiten dentro», señaló ayer Iglesias, que planteó sin embargo un Podemos «en el que todas las ideas quepan».
Reconoció implícitamente como uno de los grandes errores el que todo el partido haya girado desde su fundación en torno a su persona. «Tenemos que avanzar para que Podemos tenga legitimidad propia y no en torno a una figura concreta», explicó en su discurso, en el que admitió que lo que se necesita es «un Podemos que no sea el partido de Pablo Iglesias, que pueda tener diferentes secretarios generales».
Un partido dividido en tres grupos con discursos diferentes y modelos distintos de organización
Al margen de sus diferencias en torno al reglamento del congreso y el modelo de partido, las tres grandes corrientes de Podemos tienen también diferencias políticas e ideológicas de fondo.
PABLISTAS
Fieles al líder. Son los más numerosos entre la militancia, a pesar de que en el consejo ciudadano los errejonistas tienen mayoría. Pablo Iglesias se sitúa más a la izquierda que Errejón y utiliza un lenguaje más agresivo, sin apenas espacio para acuerdos con el PSOE y situando la acción en la calle por encima de la labor en el Parlamento. Además de Iglesias, están en este grupo figuras como Juan Carlos Monedero, Irene Montero y Rafael Mayoral.
ERREJONISTAS
Discurso más moderado. Errejón tiene un discurso teórico más elaborado y una estrategia política más moderada en las formas que la que defiende Iglesias. Pretende limitar el poder del secretario general y es partidario de llegar a acuerdos con el PSOE, aunque el objetivo sea ocupar el espacio de los socialistas. Forman parte de este grupo figuras del partido como Rita Maestre, que disputó sin éxito el liderazgo en Madrid, y Sergio Pascual, depurado por Iglesias.
ANTICAPITALISTAS
El ala izquierda. Son menos numerosos, pero tienen una gran influencia porque disponían ya de una organización propia antes del nacimiento de Podemos. Son los que están situados más a la izquierda y los más rupturistas y radicales en las propuestas, además de los más críticos con la estrategia moderada que ha venido imponiendo Íñigo Errejón con el objetivo de ensanchar la base de votantes. LoS líderes son el eurodiputado Miguel Urban y la andaluza Teresa Rodríguez.