Susana Díaz pide un PSOE que «defienda lo mismo en todos los sitios»

Luis Ordóñez
Luis Ordóñez REDACCIÓN

ESPAÑA

La candidata en las primarias socialistas pide «respeto» en el debate interno y reivindica el legado de presidentes como González y Zapatero

13 may 2017 . Actualizado a las 18:33 h.

Susana Díaz llenó el pabellón del Llano en Gijón en su primera visita a Asturias como candidata a la Secretaría General del PSOE. Lo hizo en el ecuador de la campaña del proceso interno del partido, a una semana de la votación y con un discurso en el que quiso reivindicar los logros del PSOE a lo largo de distintos gobiernos de la democracia como garantía de resultados en el futuro a la par que recriminó a otras fuerzas que trataran de interferir en su debate o tratar «de darnos lecciones». Precedieron en el atril a la presidenta andaluza, el concejal de Gijón José María Pérez y la alcaldesa de Carreño, Amelia Fernández, y también estaban en el pabellón miembros del grupo parlamentario y del Gobierno. No estaba el presidente asturiano, Javier Fernández (que no acude a ningún acto de la campaña por neutralidad como presidente de la gestora) y, sin embargo, fue protagonista de varias alusiones en el discurso.

Susana Díaz comenzó reivindicando su figura, la de «un maestro al que admiro», para dar paso a un primer bloque de su discurso en el que se refirió a la tensión creciente dentro del proceso de primarias. «Necesitamos un PSOE que esté unido, y que los compañeros nos respetemos», destacó la candidata quien pidió a sus partidarios que no dedicaran «ni un insulto, ni una mala palabra, ni pienso faltar a nadie, porque son mis compañeros de la misma familia socialista» y añadió que «no habléis mal de nadie, hablad bien del PSOE». También afirmó que otras fuerzas políticas habían tratado de entrometerse en el proceso de primarias «convocando manifiestaciones» en la víspera de la votación o «haciendo escraches». Así afirmó que «nadie le va a decir al PSOE lo que tiene que hacer si soy secretaria general» y tuvo también referencias ya explícitas al líder de Podemos, Pablo Iglesias para advertir contra «los que vienen a intimidar a los socialistas, que pasean en autobús a los que fueron los mejores presidentes de España y de Asturias, no Iglesias, no, a los socialistas nadie nos va a humillar, nadie nos va a callar».

Sin llegar a mencionar a ninguna otra candidatura, la presidenta andaluza reivindicó su proyecto como el de «un PSOE autónomo» y que defienda unos mismos principios en todos los territorios del Estado. «La diversidad nos enriquece pero la igualdad es lo que nos da dignidad», señaló la andaluza quien rechazó «entrar en una subasta para competir» con partidos nacionalistas sino «defender lo mismo en todos los sitios de España, a las personas y que nadie levante muros ni fronteras entre nosotros». La candidata a la secretaria general hizo un guiño a las revindicaciones de los socialistas asturianos al asumir como suya la reclamación de la quema de carbón autóctono en las centrales térmicas.

Buena parte del discurso de Susana Díaz se dedicó a elogiar la herencia de gobiernos socialistas pasados y de la trayectoria del partido como algo de lo que sentir orgullo para que «si nos preguntan que qué izquierda somos, decimos que somos la que hace escuelas y el sistema de pensiones»; aunque destacó también que esos logros del Estado del bienestar «nos servirán para que la gente nos escuche que no es poco, pero no que nos voten». Según la presidenta andaluza el PSOE tiene una legado que le avala pero «son los hijos de los arquitectos de la actual sistema de educación pública los que la van a actualizar». Como puntos relevantes de su acción política si llega a la secretaria general, Susana Díaz, destacó que reclamaría la extensión de la enseñanza de 0-3 a la educación reglada, la exigencia al Ministerio de Sanidad de que colabore con las comunidades, y garantías para la ley de Dependencia aprobada por Zapatero.

Díaz trazó un hilo entre las presidencias de González --del que destacó la creación del sistema de pensiones, la sanidad y educación públicas-- y Zapatero a quien definió como «rebelde» al que «dieron mucha caña» por la aprobación de la ley del matrimonio homosexual, las leyes de igualdad o ser «defensor de la paz». Según la andaluza, sólo el PSOE puede ofrecer una recuperación económica más solidaria en el presente y el futuro porque lo hizo antes en «una España más pobre» y se cuestionó «¿cómo es que una España más rica hoy no puede garantizar esas prestaciones, es porque no se quiere hacer».