Sociedades instrumentales, una práctica habitual entre famosos

David Varela MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Màxim Huerta defraudó en tres años 218.000 euros tributando los ingresos personales como de una empresa

14 jun 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

La argucia fiscal del ya exministro de Cultura Màxim Huerta para burlar a Hacienda se basa en una práctica bien conocida por la Agencia Tributaria y a la que han recurrido numerosos famosos en los últimos años. Se trata de tributar sus ingresos no como rendimientos del trabajo, sino mediante una sociedad instrumental, para ahorrarse un significativo importe en impuestos. En el caso de Huerta, la cifra del fraude alcanzó los 218.322 euros por los ejercicios 2006, 2007 y 2008 (al no superar cada año los 120.000 euros no se tipifica como delito fiscal). De esta forma, el ministro más breve de la democracia engrosa una lista de inspeccionados por esta irregularidad en la que figuran cantantes, futbolistas y actores. Pero ¿en qué consiste esta forma de eludir las responsabilidades fiscales?

Estos famosos han recurrido a la creación de sociedades para pagar menos impuestos. Un cantante, por ejemplo, monta una empresa sin empleados ni estructura, con un solo administrador y cuya única actividad consiste en facturar a través de ella todos los ingresos generados por los conciertos. De esta forma, los elevados ingresos tributan mediante el impuesto de sociedades, cuyo tipo impositivo más elevado era del 30 % en los años que afectan a Huerta (normalmente menos, debido a las deducciones), y evitan hacerlo por el IRPF, con un gravamen que podría llegar hasta el 48 % en algunas comunidades. Por tanto, consiguen un ahorro en la tributación de casi veinte puntos.

En todos los casos los afectados alegan en su defensa un cambio de criterio del fisco, algo que niegan desde el Sindicato de Técnicos de Hacienda (Gestha), que ayer recordó que nunca ha sido legal usar una sociedad de forma instrumental como pantalla para «eludir el pago del impuesto». Otra cosa es que la Agencia Tributaria pusiera más el foco en esa práctica a partir de un determinado año.

En este caso, Huerta creó en el 2006 la sociedad Almaximo Profesionales de la Imagen SL, de la que era único accionista y administrador, para facturar su trabajo como presentador de televisión. Sin embargo, Hacienda considera que las sociedades constituidas para facturar ingresos generados por una sola persona suponen una forma de eludir impuestos. Además, según las sentencias, Huerta se desgravó de forma irregular gastos que facturó como «actividad artística» y que correspondían al mantenimiento de un apartamento en Alicante.

En el caso de los futbolistas, la creación de este tipo de empresas se utiliza para facturar los ingresos por derechos de imagen. Sin duda, uno de los casos más mediáticos en este sentido es el de Leo Messi, convertido en el primer contribuyente de España al pagar 53 millones de euros a Hacienda por no haber declarado los ingresos por este concepto. Además, fue condenado a 21 meses de cárcel por delito fiscal. En una situación similar se encuentra Cristiano Ronaldo, que trata de llegar a un acuerdo para evitar el juicio.

Otro de los casos más mediático fue el de Juan Carlos Monedero. El cofundador de Podemos facturó a través de la sociedad Resistencia Motiva 2 Producciones SL los 425.150 pagados por varios Gobiernos latinoamericanos (Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador) por asesoría. El problema, una vez más, estuvo en que dicha sociedad carecía de empleados y tenía como administrador único a Monedero. En su caso, regularizó la situación mediante una declaración complementaria antes de que Hacienda le notificara.

Y como gasto, una casa de veraneo

Además de utilizar una sociedad instrumental, Màxim Huerta intentó colar como gastos de su actividad incluso una casa de veraneo que el ya exministro había adquirido en la localidad alicantina de Alfaz del Pi. Según Hacienda, solo un tercio de los 134.000 euros que intentó desgravarse en aquel ejercicio, el del 2006, correspondían a su actividad real.