«Como dijo Fraga, sin tutelas ni tutías»

Juan María Capeáns Garrido
Juan Capeáns MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

J.P.Gandul

Feijoo justifica su silencio recordando su sucesión, mientras la delegación gallega, decantada hacia Casado, percibe sobre el terreno mayor sensación de igualdad

21 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Ni Mariano Rajoy ni Alberto Núñez Feijoo desvelaron su apuesta. Los dos gallegos más buscados del congreso del PP han optado por la prudencia y el silencio. El pontevedrés hizo un premeditado discurso neutro, y el de Os Peares llegó a justificar su reserva tras insinuar días antes que podría comunicar sus preferencias horas antes de la votación. Pero no lo hizo, según explicó atropelladamente entre decenas de micrófonos y cámaras, porque él agradeció que Manuel Fraga no revelase su opción cuando disputó en el 2006 el control del partido en Galicia. El de Vilalba, que tenía su favorito, no lo dijo, pero sí insistió en aquel invierno en la conveniencia de una lista única de integración, como finalmente ocurrió. «Pedí a los dirigentes de mi partido que no se pronunciasen para no influir en los compromisarios. Si todos votamos libremente tendremos un liderazgo fuerte, como dijo Fraga, sin tutelas ni tutías», concluyó Feijoo recordando una frase de su antecesor pronunciada en 1990 durante el encumbramiento de José María Aznar.

No se trataba de hacer arqueología popular, porque como también se encargó de destacar el presidente Feijoo, «es el día del presidente Rajoy». Al llegar tarde, con todo el mundo sentado, el encuentro entre ambos fue más bien discreto porque ya estaba todo el auditorio pendiente de las cámaras de los gestos, pero el líder gallego insistió ante los medios en ensalzar al ya registrador de la propiedad: «Por respeto al presidente del partido, mis comentarios son solo para agradecer lo que ha hecho, cómo lo ha hecho y cómo está dejando paso», dijo de un hombre «humilde» que contrasta con la «política frívola de hoy en la que parece que todo vale».

Compromisarios gallegos hicieron cálculos hasta poco antes del inicio del congreso Tutelas desde Galicia no habrá, pero tendencias y cálculos de voto, sí. A media mañana, cuatro horas antes de que comenzase el congreso, compromisarios gallegos revisaban una lista -de Ourense- repasando nombres y teóricos apoyos. Mientras las televisiones trataban de discernir cuál de los dos candidatos es más de derechas, los delegados gallegos echaban cuentas para remitir a los responsables de campaña, que presionaron todo el día con cifras de respaldo y supuestas encuestas difíciles de creer. Al menos uno de los dos miente.

Más dudas que certezas?

El congreso presencial, a mayor gloria de Rajoy en su primera jornada, también se ha convertido en una demostración de que las redes sociales son como ver los toros desde la barrera. Los apoyos que han ido desvelando los dirigentes gallegos en los últimos días tenían una rotundidad que no se corresponde con sus dudas, reales o impostadas. El encuentro con compañeros que apoyan abiertamente otra opción y los silencios de los que no se pronuncian han sumido a buena parte de los compromisarios de Galicia en una razonable duda sobre quién será el ganador.

Con el congreso lanzado, dos gallegas hicieron vibrar al auditorio, una por sus palabras y la otra por su silencio, de años. La presidenta del Congreso, Ana Pastor, que también está al frente de este congreso extraordinario, consiguió emocionar hasta el borde de las lágrimas a Mariano Rajoy y a su mujer, Elvira Fernández. Se notaba que Pastor hablaba del amigo más que del jefe, y con la voz rota se deshizo en elogios entusiastas en un ambiente tenso que tuvo que levantar el propio homenajeado con su peculiar retórica, porque por momentos adquiría tintes de funeral de cuerpo presente.

Lugo, en silencio

Y mientras las emociones fluían, las cuentas seguían en la cabeza de los responsables territoriales que han comprometido su apoyo a los candidatos. La duda gallega, el depende, viene de Lugo. Es la provincia con menos compromisarios (51) y muy pocos se han prestado a la estrategia de ir desvelando preferencias. En todo caso, desde el partido rebajan importancia a esta incógnita, porque al tratarse de dos opciones lo más probable es que se anulen entre unos y otros y queden los apoyos equilibrados. Entre las otras tres provincias, dos serán para Casado (A Coruña y Pontevedra), y Ourense para la exvicepresidenta, Pero no habrá postura monolítica. Habrá fisuras por las que correrá el aire.

Un autobús desde Lugo, una furgoneta desde Lalín y Alfonso Rueda, en moto

La delegación gallega, con una representación de 327 compromisarios, llegó a cuentagotas a Madrid por tierra y por aire. En los aviones de la mañana ganaba claramente Pablo Casado, porque fue el medio de transporte escogido por los populares que viven en las ciudades del eje atlántico. Los de Ourense, que se ahorran una hora respecto a los de la costa, se inclinaron por compartir coches, y Lugo organizó un autobús que pagarán a pachas, como muchos otros gastos. Los dirigentes del Deza le han cogido gusto a la furgoneta, y Xesús Palmou, Xosé Crespo, Román Rodríguez y otros cargos de la comarca repitieron el pasaje al congreso de Sevilla, aunque con menos paradas para disfrutar de la gastronomía. El más independiente fue el presidente provincial de Pontevedra, Alfonso Rueda, que agarró la moto en Pontevedra por la mañana y llegó para el discurso de Cospedal fresco y con cara de haber disfrutado.

Feijoo se dejaba el DNI

La llegada de Feijoo fue el momento que más gallegos reunió a la entrada del auditorio. «¿No había un hotel más lejos?», se preguntaba un compromisario con evidente retranca por la ubicación elegida para el congreso. Estando lejos del centro, lo cierto es que el presidente del PPdeG aterrizó con tiempo para llegar puntual, pero demoró su llegada media hora, justo lo que se retrasó el inicio del cónclave. Su recogida de credenciales coincidió con el Himno de España y todo fue un pequeño caos entre selfis, papeles y el dichoso maletín del compromisario, que incomodó a todo el mundo. Entre tanto lío, Feijoo se dejó el DNI en el mostrador.