El Rey del Cachopo: «Sí, soy al que estáis buscando»

Melchor SAiz-Pardo MADRID / COLPISA

ESPAÑA

César Román, el Rey del Cachopo y su novia, Heidi Paz
César Román, el Rey del Cachopo y su novia, Heidi Paz

César Román, capturado ayer en Zaragoza, fue delatado por su jefa tras reconocerlo en televisión en una información sobre el asesinato de su novia

17 nov 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Punto y final a la enésima impostura. Ahora el Rey del Cachopo se enfrentará a los cargos por un posible asesinato y al horizonte de una posible prisión permanente revisable si se confirman las sospechas de la Policía. César Román Viruete, el empresario madrileño que soñó con convertirse en el restaurador de moda en España con su plato asturiano por bandera, fue detenido ayer por la mañana en la cocina de un humilde bar de un barrio obrero de Zaragoza. Es el principal sospechoso del asesinato de su última novia, la hondureña de 25 años Heidi Paz Bulnes, parte de cuyo cuerpo, tremendamente mutilado, apareció el pasado 13 de agosto en una nave de Madrid que él mismo había alquilado para el que iba a ser el sexto de los restaurantes de su emporio gastronómico ya en ruina.

La última escapada de Román -en paradero desconocido desde el pasado 30 de julio, solo una semana después de que se denunciara la ausencia de su pareja- acabó a las 11.00 horas de ayer. 50 minutos antes, Raquel Contreras, dueña del bar Casa Gerardo de la calle Italia en el barrio de Delicias y en el que el huido trabajaba como cocinero desde hace dos meses, había reconocido su fotografía en un informativo de televisión matinal en el que se hablaba del asesinato de Heidi y no dudó en llamar al 091.

Dicen los agentes que lo detuvieron que el empresario estaba «irreconocible», tanto que un primer policía (disfrazado de repartidor) que se infiltró en la cocina para confirmar su identidad no pudo asegurar que realmente se tratara de él. Con diez kilos menos, pelo rapado casi al cero y una espesa barba, no quedaba nada del engolado empresario que hace solo unos meses lucía su desparpajo por la capital de España. Eso sí, ni su desaliñada vestimenta ni la gorra perpetua que lucía fuera del restaurante podía ocultar su seña de identidad más destacada, su corta estatura de apenas 1,52 metros.

Cuando los funcionarios irrumpieron en la cocina, Román ni se inmutó. No intentó huir. Tampoco trató de esconder su identidad. Esta vez no. «Sí, soy yo al que buscan», dijo el hombre que desde el jueves por la mañana se había convertido en el criminal más buscado de España.

Cocinero de Maracaibo

«Gracias por todo», se despidió de su jefa cuando los agentes se lo llevaron esposado en dirección a la jefatura de Zaragoza. Su jefa, dicen los policías, no se creía lo que estaba ocurriendo. Ella misma le había contratado a mediados de septiembre, cuando le presentó un currículo falso con una identidad igualmente falsa, como casi todo en la vida de Román. El detenido se había presentado como un cocinero procedente de Maracaibo, Venezuela, con ascendentes aragoneses de nombre Rafael Rujano Contreras, al que, dijo, todo el mundo le llamaba Txiki. Su jefa, a pesar de su falta de destreza con los fogones, finalmente lo contrató y no tuvo problema para darle de alta con la falsa identidad que Román se había procurado. El Rey del Cachopo, a pesar de que su imagen se había distribuido con profusión desde que a mediados de agosto apareciera el torso que todos presumían que era el de su novia, también pasó desapercibido entre sus compañeros de piso de la calle Unceta, muy cerca del bar.

Los funcionarios de la Jefatura Zaragoza pusieron fin a más de tres meses y medio de huida con la entrega del fugado a los agentes del grupo VI de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid, que se desplazaron hasta la capital maña para hacerse cargo del detenido antes de ponerlo a disposición de la juez que instruye el caso, Rosa María Freire Pérez, titular del juzgado de instrucción número 32 de Madrid.

Los agentes de Homicidios confían que Román «derrote» (confiese) en las próximas horas el asesinato de su novia o, cuanto menos, su involucración en el mismo. La tesis de que pueda tratarse de un ajuste de cuentas de un tercero a la novia del empresario debido a las deudas de este pierde peso, según fuentes de la investigación. Los mandos de la Policía Judicial recuerdan que el Rey del Cachopo no ha dado señales de vida desde que su novia fuese descuartizada a pesar de conocer de sobra la noticia. Y no solo eso, sino que ha hecho de todo por ocultarse y ocultar su identidad.

¿Móvil y cómplices?

Si confiesa, explican responsables de la Policía Judicial, el siguiente paso será que revele el móvil del asesinato de la joven hondureña, si contó con ayuda y dónde está el resto del cuerpo de la víctima. Y es que cuando el pasado agosto los bomberos acabaron de apagar el pequeño incendio que se había declarado en una nave de Usera solo encontraron un tronco femenino dentro de una maleta. Al torso le habían cortado los pechos, práctica habitual de los «asesinos profesionales» cuando hay implantes de silicona ya que estos suelen llevar un código que facilita la identificación en poco tiempo. El o los asesinos se habían esmerado. La maleta, junto a un gran charco de sangre, había sido rociada con un líquido acelerante y los restos habían sido cubiertos de cal viva. Solo el ADN pudo confirmar el pasado jueves que los restos eran de Heidi. Apenas minutos después, el juez dictó una orden de búsqueda y captura internacional contra el Rey del Cachopo. Una alerta que apenas ha estado 24 horas en vigor.