La CEOE rompe el diálogo social hasta que el Gobierno aclare el pacto con Bildu

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

MINISTERIO DE TRABAJO

Califica la derogación de la reforma laboral de dislate de «consecuencias incalculables»

22 may 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Golpe en la mesa de los empresarios. La CEOE ha decidido levantarse de la mesa del diálogo social que comparte con los sindicatos y el Gobierno hasta que este aclare los términos del acuerdo alcanzado con EH Bildu para la derogación, total o parcial, de la reforma laboral del 2012.

Así lo anunció el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, quien anunció que deja «en suspenso» los cauces de comunicación con el Ejecutivo, argumentando que no le ve sentido a sentarse a negociar «si ya está decidido lo que se va a hacer en la mesa, si el menú del día está preparado». «Que no sigan contando con nosotros», declaró visiblemente enfadado en una entrevista en Radio Nacional.

La primera consecuencia de esa decisión de romper el diálogo social fue la desconvocatoria de la reunión que tenían concertada ayer mismo con el ministro de Inclusión, José Luis Escrivá, para que este les detallase la letra pequeña del nuevo ingreso mínimo vital que el Gobierno prevé aprobar antes de que acabe el mes.

Horas antes de anunciar su plante, la patronal ya había emitido un durísimo comunicado en el que calificaba la decisión de revisar la reforma laboral de «irresponsabilidad mayúscula» a la que auguran «consecuencias negativas incalculables» para la economía española y, especialmente, para el empleo. Y es que, según Garamendi, el anuncio del pacto con Bildu, la rectificación del PSOE y la rectificación de la rectificación por boca del vicepresidente Iglesias solo contribuyen a minar la confianza empresarial, tanto interna como internacional, en la antesala de una crisis económica de magnitud desconocida.

En ese sentido, recordó que España tiene que pedir prestados cada año 300.000 millones de euros y que el BCE solo cubre la mitad de esas necesidades, por lo que hay que acudir a los mercados a buscar los otros 150.000 millones, tarea que se puede complicar si los inversores perciben inseguridad jurídica. «Recetas de 1919 no son las adecuadas», reprochó Garamendi, que volvió a agitar el fantasma de que parte del Gobierno quiere «cambiar el modelo económico de nuestro país», en una alusión velada a Unidas Podemos.

Además, la CEOE ve incoherente que el Ejecutivo pretenda incrementar las rigideces del mercado laboral en un momento en que, junto con los agentes sociales, ha tenido que arbitrar instrumentos de flexibilidad como los ERTE para hibernar millones de puestos de trabajo durante el confinamiento y se debate ahora cómo recuperar paulatinamente la actividad sin provocar una destrucción masiva de empleo.

Moneda de cambio

Argumentos que fueron secundados por la Confederación de Empresarios de Galicia, donde creen que «retornar a la regulación anterior a la del 2012 puede poner en riesgo la supervivencia de miles de empresas y de millones de empleos, máxime en un momento tan sensible de la economía».

Por su parte, desde el Círculo de Empresarios afearon al Gobierno que haya utilizado la derogación de la reforma laboral como «moneda de cambio» para conseguir la abstención de Bildu en la votación de la prórroga del estado de alarma, ya que con ello, dicen, se genera una incertidumbre «sin precedentes».

Frente al «espectáculo poco gratificante» protagonizado por los dos partidos que integran el Ejecutivo, la organización empresarial reclama una «hoja de ruta compartida» y flexibilidad laboral para hacer frente al escenario económico tras la pandemia. Recuerdan que las reformas estructurales «no pueden acometerse de manera unilateral, por razones meramente ideológicas y retornando al pasado».