Juan Carlos I no tiene previsto fijar una residencia estable en el extranjero
ESPAÑA
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El emérito se habría trasladado temporalmente a la República Dominicana
05 ago 2020 . Actualizado a las 17:42 h.Cuando la Casa de Rey hizo público este lunes a media tarde que don Juan Carlos de Borbón abandonaría España para liberar de presión a Felipe VI, en realidad, el anterior jefe del Estado ya había salido del país rumbo a un destino desconocido. Incluso el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dijo ayer ignorar dónde se encuentra y dejó la pelota en el tejado de la Zarzuela, que guarda silencio sobre su paradero. En la Casa del Rey explican que la marcha del emérito corresponde a una decisión personal y se circunscribe a su vida privada, toda vez que renunció a la paga institucional en junio del 2019 y que ya no cuenta con asignación pública. Y mientras unos y otros hacen cábalas -la prensa lusa llegó a decir que está en Estoril, donde pasó parte de su infancia-, su círculo más cercano lo sitúa en la República Dominicana, un destino muy recurrente desde su abdicación en el 2014. Sol, campos de golf y, lo más importante, lejos del escrutinio público. Juan Carlos I se habría trasladado a la localidad pontevedresa de Sanxenxo. Desde ahí, se habría desplazado a Oporto para tomar un avión y viajar a Santo Domingo.
Aunque el país caribeño sigue en estado de emergencia por el coronavirus, su presidente Danilo Medina reabrió las fronteras hace un mes a los viajeros internacionales. La intención del rey emérito sería la de alojarse temporalmente en Casa de Campo, un lujoso complejo residencial que el clan Fanjul, una conocida familia cubana afincada en Miami y que hizo fortuna gracias a las plantaciones de azúcar, posee en La Romana. Allí suelen recalar aristócratas, políticos, multimillonarios y artistas. En este resort caribeño, el padre de Felipe VI tiene hasta una avenida con su nombre, que él mismo inauguró en el 2015 acompañado por la familia propietaria y el mandatario dominicano.
Viajes a Palma
Con Pepe Fanjul, el segundo de cuatro hermanos, y su mujer Emilia, el monarca mantiene una estrecha amistad desde hace más de medio siglo, que se forjó en los veranos que pasaba en Palma de Mallorca en los años en los que la isla balear se convertía en una especie de segunda corte real. Les unen, incluso, lazos familiares lejanos. La hermana de la abuela del empresario era Edelmira Sampedro, que se casó con el príncipe Alfonso, hijo mayor de Alfonso XIII, el abuelo de don Juan Carlos.
Aunque los Fanjul tienen su residencia en Miami, pasan largas temporadas en el país caribeño donde han diversificado sus actividades con inversiones en el sector turístico y en el inmobiliario. Sus raíces son, sin embargo, las que son.
La estancia caribeña del emérito, de confirmarse, sería en todo caso temporal. Como mencionó en la carta que remitió a su hijo, el viaje responde a su «voluntad de trasladarse, en estos momentos, fuera de España». Tras el paréntesis en República Dominicana habrá que ver si Juan Carlos I establece una residencia fija, algo que no tiene previsto por ahora o, por el contrario, alterna visitas entre sus amistades de toda la vida. Es el caso del matrimonio portugués Brito e Cunha-Espirito Santo. Con el patriarca Joao Manuel, Conde de Portugal de Faria, Juan Carlos I comparte edad (83 años) y recuerdos de infancia. Dicha familia aristócrata posee, además, varias residencias repartidas por el país vecino, que podrían dar cobijo al rey emérito.
Una rica familia vinculada con Alfonso XIII
FRANCISCO ESPIÑEIRA
Los Fanjul son una saga de empresarios que emigró a América a comienzos del siglo XX y que hicieron su fortuna -hoy estimada en unos 8.200 millones de dólares- en Cuba hasta que en 1959 tuvieron que huir de sus propiedades en La Habana tras la entrada triunfal de Fidel Castro en la capital de la isla.
La familia se asentó en Miami y emprendió la diversificación de los negocios familiares. Por entonces, José, el segundo de los cuatro hijos del matrimonio formado por Alfonso Fanjul y Lilian Rosa Gómez-Mena, contaba con apenas 15 años y se marchó a Estados Unidos para licenciarse en Empresariales en la Universidad de Villanova, perteneciente a los agustinos y situada en Filadelfia. Pepe fue uno de los principales donantes de la campaña de George W. Bush, mientras que su hermano Alfy se decantó por el demócrata Bil Clinton, del que fue jefe de campaña en Florida.
Pepe, como es conocido por sus amigos, entabló amistad con notables dirigentes republicanos al tiempo que la empresa familiar compraba miles de hectáreas en Luisiana y Florida. A mediados de los 80, lograron copar la mayor parte del negocio azucarero y en la actualidad dos tercios del consumo procede de alguna de sus firmas vinculadas. Los Fanjul dieron entrada en su negocio a Gulf and Western a cambio de una suma milmillonaria, dos hoteles y el lujoso complejo de la Casa de Campo de La Romana y el terreno circundante, varios miles de hectáreas más.
En aquel enclave privilegiado, la familia Fanjul dio una vuelta más a sus negocios familiares. Construyó un aeropuerto y comenzó a comercializar las villas de lujo entre los millonarios latinos. Julio Iglesias fue uno de los primeros en instalarse en aquella zona del Caribe.
Las relaciones con la familia real española de los Fanjul vienen de lejos. La hermana de la abuela de estos empresarios del azúcar era Edelmira Sampedro, una cubana que se casó con el príncipe Alfonso, hijo mayor de Alfonso XIII, y abuelo de Juan Carlos I.
El emérito siempre calificó a Pepe como uno de sus mejores amigos y ha visitado en varias ocasiones el complejo de La Romana, donde incluso una de las avenidas principales esta bautizada con el nombre del emérito.
Los Fanjul tienen una estrecha relación con Pablo de Grecia y Chantal Miller, dos de los sobrinos más cercanos al emérito y ya acogieron unas semanas a Juan Carlos I después de formalizar su abdicación en el 2014.