La tensión en el independentismo llega ya a unas cotas que JxCat y ERC no se esfuerzan en ocultar sus diferencias. La presión de Quim Torra para destituir al secretario general del Parlamento ha soliviantado a sus socios de gobierno. El presidente de la Cámara, el republicano Roger Torrent, afirmó que su partido no contribuirá «a la represión de los funcionarios», en clara alusión a los intentos de los posconvergentes para cesar a Xavier Muro después de que se negase a publicar las polémicas resoluciones aprobadas contra la monarquía. Desde un principio, Torrent ya dejó claro que no apartaría a Muro de su cargo. Ayer fue más explícito: «No vamos a presionar a los trabajadores públicos para que asuman las repercusiones de lo que decidamos los políticos», afirmó en un acto con alcaldes de ERC.