Los aciertos y los errores del CIS

MIGUEL ÁNGEL ALFONSO MADRID / COLPISA

ESPAÑA

José Félix Tezanos, presidente del CIS
José Félix Tezanos, presidente del CIS

El centro demoscópico oficial admite que falló, ante el aluvión de críticas

16 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque siempre ha gozado de prestigio y su funcionamiento se rige por estrictas condiciones legales, los estudios políticos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) nunca han dejado de estar bajo la lupa de los partidos de la oposición por su dependencia del Ministerio de la Presidencia, sobre todo sus barómetros de intención de voto. Sin embargo, desde la llegada en el 2018 de José Félix Tezanos a la dirección, coincidiendo con el Gobierno de Pedro Sánchez la intensidad de las críticas contra el centro de opinión se han intensificado. Más a raíz de los resultados de las elecciones madrileñas del 4 de mayo.

Lo cierto es que en aquellos comicios la diferencia del porcentaje de voto que el CIS otorgaba al PSOE (que se traducía en una horquilla de entre 34 y 36 escaños) y el resultado final de la candidatura encabezada por Ángel Gabilondo (24 escaños) difirió por 10 puntos. Los socialistas fueron también superados por las listas de Mónica García (Más Madrid), algo que tampoco había previsto el barómetro publicado por el organismo el 22 de abril, que llegó a dar posibilidades a un triunfo del bloque de izquierdas.

En las autonómicas catalanas, en cambio, el CIS sí acertó la victoria de Salvador Illa (PSC), cuyo resultado (33 escaños) estaba dentro de la horquilla que le otorgaba. Sin embargo, un año antes, el 12 de julio del 2020, en las elecciones vascas y gallegas se volvió a dar una desviación de una media de 2,5 puntos sobre el resultado final. También en las generales del 10 de noviembre del 2019, que ganó Pedro Sánchez con 120 escaños, aunque el organismo pronosticara entre 133 y 150 asientos en el Congreso para los socialistas.

Tezanos ha defendido en numerosas ocasiones que el CIS no es un «oráculo ni un horóscopo» y que, por el contrario, actúa de manera «totalmente imparcial». El director de la institución asegura que si falla en algunos de sus pronósticos es porque se están produciendo «cambios muy importantes en las pautas de comportamiento del electorado». No solo en España, sino a nivel internacional, para lo que Tezanos se vale del ejemplo de las elecciones estadounidenses del día 3 de noviembre. Los sondeos daban entonces al candidato demócrata Joe Biden una media de 351 votos electorales frente a los 187 del republicano Trump. Finalmente, su victoria se produjo por un margen sensiblemente menor: 306 frente a 232.

La gota que colmó el vaso

Pero esta justificación no es suficiente para Vox, que ha pedido en reiteradas ocasiones el cierre del CIS. Tampoco lo es para el PP. La formación que dirige Pablo Casado denunció al director del organismo ante la Junta Electoral Central (JEC) y pidieron una auditoría por su papel en las elecciones de la Comunidad de Madrid del 4-M. La gota que colmó el vaso, según entienden, llegó por una entrevista publicada al final de la campaña electoral en la revista Temas en la que Tezanos cargaba contra la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.

La JEC desestimó la denuncia el pasado jueves al considerar, entre otros motivos, que aquella publicación estuvo «amparada por el ejercicio del derecho a la libertad de expresión» recogido específicamente en la Constitución. Aunque el organismo dio un tirón de orejas al responsable del CIS, al que le recomendó mantener «una actitud de respeto a la neutralidad política».

El PP también denunció el sesgo en la selección de entrevistados del CIS, ya que, según afeó en noviembre de 2020, un 65% de sus encuestados «son personas que se declaran de izquierda o centroizquierda». Antes ya habían criticado a Tezanos desde Ciudadanos, cuya diputada María Muñoz lo consideró la «viva imagen de la politización de la Administración».

Sobre el CIS sigue aún pesando la vieja acusación de que sus datos están «cocinados», es decir, que el organismo no se limita a ofrecerlos en bruto y lleva a cabo un proceso que tiene lugar después de realizar una encuesta para que la muestra (el conjunto de personas que han respondido) se corresponda con la población real de España. Tras su nombramiento, Tezanos aseguró que acabaría con esta práctica, sin embargo, se siguen introduciendo estas variables.