Por Andalucía rechaza ahora facilitar la investidura del candidato popular
17 jun 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Las diferentes posibilidades de pactos poselectorales copan los mensajes de los partidos en la recta final de una campaña que hoy toca a su fin. La cercanía de las municipales y autonómicas de la próxima primavera, así como las generales previstas para diciembre del 2023, complican una ecuación ya de por sí enrevesada, porque todas las formaciones tienen puesto un ojo en la repercusión que podrían tener sus alianzas o sus cortafuegos en el ciclo electoral que se inicia este domingo en Andalucía.
La gran novedad de ayer estuvo en el portazo que dio Por Andalucía a la opción de abstenerse en la investidura de Juanma Moreno (PP). Si hasta entonces su propia candidata, Inma Nieto, se había mostrado partidaria de «reflexionar» sobre ello para evitar así que Vox entrase en el Gobierno, en una jugada que contaría con la bendición de Yolanda Díaz, este jueves lo rechazó de plano: «Solo el PP, o en cualquiera de sus combinaciones, que no cuente con Por Andalucía para seguir gobernando», dijo, sobre «el gazpacho» que los populares tienen «con la extrema derecha», y que ellos no están ahora dispuestos a «beberse».
La coalición en la que participan Podemos, Más País y otras cuatro formaciones ha detectado una fuga de apoyos hacia las otras dos listas de izquierda que concurren a la cita, lo que ha motivado este reposicionamiento. Especialmente hacia sus grandes competidores, un Adelante Andalucía liderado por Teresa Rodríguez que sigue creciendo con el avance de la campaña. La exdirigente de la rama Anticapitalista de Podemos que rompió con Iglesias al poco de acceder este al Gobierno, dejó ayer bien claro que, «bajo ningún concepto», está dispuesta a «colaborar en blanquear a las derechas».
Pugna a la izquierda del PSOE
Por Andalucía y Adelante Andalucía pugnan por el electorado a la izquierda de un PSOE que ayer volvió a rechazar la invitación de Feijoo de abstenerse en la investidura de Moreno para desactivar a Vox. Lo hizo su candidato, Juan Espadas, y lo confirmaron en su ejecutiva federal a través de Isabel Rodríguez, la portavoz del Gobierno, que descartó esa posibilidad: «La izquierda no se tiene que abstener», dijo.
El gran favorito, Juanma Moreno, encontró en Madrid la explicación a esta negativa socialista a favorecer que gobierne la fuerza más votada: «Pedro Sánchez necesita a Vox para las futuras elecciones generales y decir que el PP está con Vox», detalló, sugiriendo que el presidente del Gobierno emplea estos comicios autonómicos para revitalizar su proyecto a nivel nacional.
Mientras tanto, Vox continúa presionando al PP. Su candidata, Macarena Olona, insistió en que exigirán entrar en SanTelmo aunque Moreno solo necesite para ser investido la abstención de uno de sus diputados. «El PP ha vivido muy cómodamente, y eso se ha acabado», afirmó.
PSOE y PP realizan las últimas llamadas por el voto útil en busca de convencer a los 150.000 electores que aún no han decidido el color de su papeleta. Las expectativas en Ferraz son tan pobres (podrían bajar de los 33 escaños de Díaz en el 2018), que incluso empiezan a temer que esa estrategia del miedo a Vox se les pueda volver en contra, y que esos indecisos acaben apostando por Moreno, precisamente para evitar a los de Abascal. En el PP empiezan a soñar con la absoluta, aunque prefieren hablar de «mayoría amplia». «Creo que está cerca, lo podemos conseguir», dijo un Moreno que tiene como principal amenaza la playa: «Va a haber atasco el domingo», dijo, invitando a votar a primera hora, antes de subirse al coche.