Aragonès propone al Estado un «acuerdo de claridad» para pactar un referendo de autodeterminación
ESPAÑA
El presidente formuló una propuesta «dirigida al conjunto del país y con vocación de representar a una amplísima mayoría de la ciudadanía»
27 sep 2022 . Actualizado a las 18:54 h.El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, propuso este martes a Pedro Sánchez un «acuerdo de claridad», en línea con la ley de claridad de Canadá, para poder celebrar un referendo de autodeterminación en Cataluña.
Aragonès abrió el segundo debate de política general de la legislatura en el Parlamento autonómico y puso sobre la mesa cuál es su hoja de ruta para dar respuesta al conflicto catalán, que según señaló, solo se resolverá si son llamados a votar para decidir sobre su futuro en una consulta efectiva y reconocida por la comunidad internacional, no como el 1-O del 2017, del que este sábado se cumplirá el quinto aniversario.
Está por ver si la propuesta lanzada por el jefe del Ejecutivo autonómico apacigua los ánimos en Junts, que presionó al presidente del Gobierno catalán para que en el presente debate de política general diera un giro a su hoja de ruta independentista. Aragonès insistió en defender la mesa de diálogo.
Fricciones con Junts
Junts amenaza con salir del Gobierno catalán, desde el argumento de que a su juicio, según expresó estos días Laura Borràs, el actual Ejecutivo catalán no está avanzando hacia la independencia. Los junteros se comprometieron a celebrar una consulta interna entre la militancia para decidir sobre su permanencia en el Govern.
Los de Puigdemont le pedían pasos concretos a Aragonès, pero el presidente de la Generalitat emplazó a sus socios a «reforzar» el gobierno y «garantizar» su buen funcionamiento. «En medio del ruido y la niebla espesa, el Govern está en marcha», ha reivindicado.
La ley de claridad de inspiración canadiense
«Quiero proponer un acuerdo de claridad al Estado», aseguró Aragonès. «Un acuerdo que identifique cuándo y cómo Cataluña puede volver a ejercer el derecho a decidir. Como han hecho Canadá y Quebec», detalló. «Cómo podemos llegar a un acuerdo sobre cómo volver a votar. Cómo supieron hacer, y estoy convencido de que volverán a hacerlo, Reino Unido y Escocia», aseveró.
Tras la celebración de un referéndum unilateral por parte de Quebec en 1995, el Gobierno federal de Canadá impulsó medidas legales y elevó preguntas al Tribunal Supremo de Canadá que dieron como resultado la ley de claridad de Canadá.
La Corte Suprema concluyó que Quebec no tiene el derecho a separarse unilateralmente. Sin embargo, dijo que el Gobierno de Canadá tendría que entrar en negociaciones con el gobierno de Quebec si los quebequenses expresasen una clara voluntad de separarse y señalaba que en caso de un nuevo referendo avalado por el Estado, y si una mayoría apoyaba la independencia, debería darse curso a la demanda.
Dos años después, en el 2000, el Parlamento de Canadá aprobó la ley de claridad, con la que se regulan las condiciones de un posible referendo de secesión. Desde entonces, no obstante, Quebec no ha impulsado ninguna consulta.
«No me cabe la menor duda de que ésta es la vía más rápida y más eficiente para volver a votar», señaló el presidente de la Generalitat. «Es la vía para implicar a todo el mundo en el referendo. Es la vía para que todo el mundo reconozca el resultado y es la vía que nos permite tejer las complicidades internacionales necesarias, sólo la legitimidad de un referéndum acordado puede sustituir al 1 de Octubre», añadió.
Por eso, a su juicio, el acuerdo de claridad es la vía para realizar una consulta definitiva. Antes de trasladar la propuesta al Gobierno central, Aragonès quiere abrir un «debate con el conjunto de la sociedad» catalana para «construir las bases del acuerdo» que presentará al Estado. Un acuerdo, dijo, que «ofrezca garantías democráticas a todo el mundo que unifique criterios y establezca las bases y las condiciones para poder hacer el referéndum efectivo donde todo el mundo se sienta incluido y donde todo el mundo acepte el resultado».
Aragonès apleó a los independentistas, a los comunes y también al PSC, pues no en vano, Miquel Iceta ya apoyó en su día una especie de ley de claridad a la catalana antes de ser ministro. El acuerdo de claridad, mencionó, es la «herramienta que necesitamos para resolver el conflicto político con el Estado». «Animo a todo el mundo que quiera afrontar la resolución del conflicto a implicarse, por compromiso democrático. Por respeto a la voluntad mayoritaria de la ciudadanía de Cataluña», ha expresado.
El presidente de la Generalitat también ha reclamado al Gobierno poner fin a la judicialización de la política. «El primer paso para superar el bloqueo es poner fin de una vez a toda forma de represión», señaló. «Poner fin al exilio, acabar con las causas judiciales, acabar con las inhabilitaciones, poner fin a toda forma de persecución», ha apuntado.
Aragonès reconoció que es «evidente que se han dado algunos pasos», como los indultos y el «compromiso de desjudicialización que ha adoptado el gobierno del Estado en la última reunión de la mesa de negociación». «Es una vía que hay que explorar para que nadie entre en la cárcel. Es una vía que es necesario impulsar para que todo el mundo recupere plenamente su libertad», ha afirmado