Las políticas sociales y la oposición a la gestión del Gobierno protagonizaron sendos discursos
23 may 2023 . Actualizado a las 20:50 h.A solo unos días de las elecciones autonómicas y municipales, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijoo, coincidieron en Extremadura para protagonizar uno de los últimos actos de campaña, que acabará este viernes.
Desde Badajoz, Sánchez, arropado por el presidente regional, Guillermo Fernández Vara, y el alcaldable de la ciudad, Ricardo Cabezas, dijo que, «aparte del insulto», la derecha solo ofrece «la política de la derogación» y el retroceso, mientras que el «voto del cambio» radica en las siglas de su partido.
Hizo gala, como es costumbre en esta gira electoral, de los logros sociales de su Ejecutivo frente a la «política de recortes sociales» del PP. Y en la vitrina de sus trofeos procuró poner la Sanidad —este martes se aprobó en Consejo de Ministros la inyección de 618 millones de euros para Atención Primaria y salud mental—, la reforma laboral, la paz social y el último dato de la OCDE que indica que la economía española creció en un 3,8 % el primer trimestre del año. Un logro «no de este Gobierno, sino de las empresas, las familias y los trabajadores» del país.
Feijoo, por su parte, acuñó desde Cáceres un discurso más patrio y unificador entre las distintas autonomías, cooperadoras entre ellas en casos como el reciente incendio en Las Hurdes extremeñas.
Junto a la candidata del PP a la presidencia de Extremadura, María Guardiola, y el candidato a la alcaldía de la ciudad, Rafael Mateos, propuso su modelo territorial basado en «superar el enfrentamiento, superar la política de bloques y trabajar juntos en esta gran nación que se llama España».
Acogido a otra línea de campaña del PP, Feijoo dijo que Sánchez «necesita la mentira porque necesita que los españoles olviden los incumplimientos y sus promesas». Por ello, invitó a los «socialistas decepcionados» con el personalismo de Sánchez y su gestión para «pasar página del sanchismo» y lograr una mayoría «sólida» y tener un «cambio de verdad» en el país después de las elecciones.