Fernández Vara dice adiós a la política tras doce años en la Junta

Redacción LA VOZ

ESPAÑA

El presidente de Extremadura en funciones, Guillermo Fernández Vara, este martes en Badajoz
El presidente de Extremadura en funciones, Guillermo Fernández Vara, este martes en Badajoz Jorge Armestar | EUROPAPRESS

El todavía presidente de Extremadura dejará también la secretaría general del PSOE en otoño

05 jul 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Con decoro. Así se despide el presidente de la Junta en funciones y secretario general del PSOE de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, a quien, pese a haber ganado las elecciones del 28 de mayo, su instinto de médico forense para hacer diagnósticos le llevó a pensar que PP y Vox sumarían, con mayor o menor sosiego, sus escaños para arrebatarle el Gobierno de la comunidad que dirigió durante doce años.

Vara, quien el 28 de mayo adelantó que su intención era abandonar la primera línea de la política y volver a su profesión, aunque después se vio obligado al juego político de esperar a que madurase la alianza PP-Vox, lo tenía y lo tiene claro: «No voy a ser ni presidente, ni voy a ser líder de la oposición, ni seré a partir del otoño el secretario general del partido», afirmó, al tiempo que avanzó que habrá un congreso del PSOE extremeño en otoño para sustituirlo de la secretaría general en la que lleva 15 años.

Fernández Vara (Olivenza, Badajoz 1958) deja una comunidad con las pensiones más bajas de España y unas deficitarias instalaciones ferroviarias. La primera de las cuestiones no es su responsabilidad, pero la segunda, aunque el ferrocarril no figura en las competencias regionales, sí lo es su reclamación al Gobierno central. Por contra, en su haber brilla que Extremadura produzca un tercio de la energía solar fotovoltaica que se genera en España.

El todavía presidente socialista de la Junta llegó a ese cargo por primera vez en el 2007 con mayoría absoluta, tras una corta incursión en las filas del AP por su amistad con Hernández Mancha. Durante su mandato reformó el Estatuto, redactó la primera ley de educación extremeña y logró con su amenaza de dimisión que no se instalara en la comunidad un depósito de residuos radiactivos.

Los años le enseñaron las vueltas y las curvas de la política. Cuando en el 2011 perdió la mayoría absoluta, tuvo que ceder el testigo al PP porque IU no lo apoyó. En cambio, en el 2015 volvió al Gobierno con los votos de Podemos, y cuatro años más tarde cosechó otra vez mayoría absoluta.

Sin llegar a ser de los barones más beligerantes con Pedro Sánchez al que se plegó tras apostar por Susana Díaz, Fernández Vara tuvo sus más y sus menos con su jefe de filas: «Que nos tengan que apoyar los independentistas me sienta como una patada por la barriga», dijo en una ocasión y aseguró que se le «revuelven las tripas» cuando se tienen que articular pactos con Bildu. Cuando la formación de Otegi apoyó los presupuestos del 2020, confesó que le dieron ganas de vomitar. Y criticó el impuesto a los ricos establecido por el Gobierno de Sánchez, algo que ve como «un error de bulto».

Los desencuentros de Vara con el presidente castellanomanchego Emiliano García-Page también son épicos. Lo acusó de falta de lealtad y calificó de «injusto» que este criticara los pactos de Sánchez con Podemos cuando él fue presidente en el 2015 gracias al apoyo de la formación morada.