Santiago Abascal y el resto de Vox se van del Congreso tras acusar a Sánchez de dar un «golpe de Estado»

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

Santiago Abascal durante su intervención en el Congreso.
Santiago Abascal durante su intervención en el Congreso. Daniel González | EFE

Anuncia que ha pedido en el Senado la ilegalización de ERC y Junts y ha pedido al PP que utilice su mayoría en la Cámara Alta para paralizar la ley de amnistía

15 nov 2023 . Actualizado a las 18:32 h.

Se esperaba que la intervención de Santiago Abascal fuera la más elevada de tono en la sesión de investidura de Pedro Sánchez y así fue. El líder de Vox arremetió contra su homólogo socialista y le acusó de intentar dar «un golpe de Estado» por haber cambiado el «orden Constitucional» al embolsarse los siete votos de Junts a cambio de darles a estos la amnistía. Un acto que al dirigente de la segunda fuerza de la derecha llevó a pedir la ilegalización de Junts y ERC.

«Este Parlamento no puede derogar la Constitución con una ley de amnistía y no puede atentar contra la unidad de la nación, fruto de nuestra convivencia», añadió Abascal para señalar que 179 diputados, los que apoyan a Sánchez, darán «un golpe al Estado, a la nación y al Estado de derecho», según «los términos del poder judicial».

Abascal sacó pecho en clave de Estado para preguntarse «quién cumplirá la ley si en esta Cámara no se cumple». Porque el pacto alcanzado con el expresidente catalán Carles Puigdemont supone rubricar «las ambiciones más bajas del ser humano» por «dolor y sufrimiento». «Es la ambición desmedida de un personaje que es capaz de todo con tal de aferrarse a un asiento del que no es digno», refirió.

Golpe de Estado

Abascal entendió durante su turno de intervención que la investidura y la legislatura estaban hechas. Y dispuesto a dar los primeros compases de una oposición contundente, expresó: «El único asiento que merece es el del banquillo de los acusados. Le acuso de eludir la Justicia a cambio de un puñado de votos, de liquidar el Estado de derecho, la separación de poderes, la igualdad ante la ley y de tratar de subvertir el orden constitucional y dar un golpe de Estado. No es retórica».

El líder verde reafirmó que Hugo Chávez, Nicolás Maduro y Adolf Hitler también llegaron al poder «a través de la democracia y luego maniobró para cambiarla. Con la 'dictadura de los votos' han llegado al poder muchos tiranos de la historia».

Este hecho llevó a la presidenta de la Cámara Baja, Francina Armengol, a advertirle que retirara sus palabras o, por sus competencias, lo haría ella. «No voy a retirar mi interpretación de lo que se está viviendo en España. Ya ni los diputados tienen libertad de expresión en la tribuna del Congreso», replicó.

Pero fue más allá y aseguró que su grupo parlamentario «no se adaptará a una nueva normalidad sustentada en la ilegalidad» y que tomará medidas drásticas. «Nuestra palabra vale y no les tenemos miedo. Vamos a utilizar todos los medios legítimos para oponernos a este golpe. Hoy mismo, hemos instado al Senado a solicitar la ilegalización de Junts y ERC», concluyó.

Amnistía por un Gobierno «ilegal»

Para el líder de Vox, Sánchez se presentó a las elecciones con un programa «contrario a lo que ha presentado». «La amnistía vulnera la unidad nacional por quienes son los artífices del pacto. Unidad que nos da la libertad», expuso Abascal en referencia al pacto entre el PSOE y Junts. Y le echó en cara a Pedro Sánchez que los socialistas reconocieran en el pasado que la norma era anticonstitucional. Y enunció una batería de declaraciones de cargos del PSOE que tomaban esa línea. «Usted desconoce los problemas de conciencia. Le recomiendo pedir una cita, porque está sin ninguna duda diagnosticado», le espetó a Sánchez.

También cargó el dirigente de Vox contra el práctico honor de las primeras espadas del PSOE. «Si no se respetan a sí mismos, a sus ideas y sus palabras, ¿cómo vamos a pretender que respeten la ley, la convivencia o la patria, si parecen conceptos demasiado elevados para ustedes?», cuestionó tras asegurar que los socialistas presidirían «un Gobierno ilegal» que no respeta tampoco a las Fuerzas Armadas.

El dirigente del partido verde aseguró que «van a amnistiar a personas que han cometido delitos gravísimos. Una ley que deslegitimaría el monopolio del uso de la violencia del Estado», dijo en referencia a los agentes de la policía heridos en el 1-O. También recordó el ataque contra Alejo Vidal-Quadras para decir que la violencia la ejercen «los de siempre».

Desequilibrio territorial y parálisis de la ley

Abascal también argumentó que el beneficiar a los nacionalistas creará una distensión territorial en España y se cuestionó qué pasaría si los extremeños que no tienen AVE, si los canarios que «sufren» la inmigración ilegal o las consecuencias del volcán de la Palma, e incluso si los catalanes «perseguidos por utilizar la lengua común», desataran la violencia «llegando al terrorismo urbano». «¿Cómo actuaría el Estado?», preguntó.

También añadió a esta cuestión una presunta organización colectiva para defraudar fiscalmente, impulsar actos violentos en las manifestaciones contra la amnistía y un largo etcétera bajo la premisa de que no serían amnistiados.

Por ello, pidió a los diputados del PP que dieran órdenes en el Senado para paralizar la ley de amnistía y que no prosperase. «Corrija el error de entregar a Sánchez el Tribunal Constitucional. Tienen la obligación legal y moral de hacerlo, porque si no formarían parte del golpe y tendríamos que dejar de colaborar», aseguró el líder de la segunda fuerza de la derecha.

Tras concluir su intervención, todos los diputados de Vox abandonaron el hemiciclo sin dar pie a una respuesta de Pedro Sánchez a su intervención.