El presidente del Ejecutivo asegura que la derecha y la ultraderecha buscan la «desmovilización y la desafección del electorado» con sus descalificaciones
27 dic 2023 . Actualizado a las 19:39 h.El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado que abordará «una crisis de Gobierno» este viernes. No ha concretado si afectará a más ministerios que el de Economía, que abandona la vicepresidenta Nadia Calviño para ocupar la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), pero ha dicho que el viernes «conocerán a los protagonistas», lo que da a entender que habrá varios cambos en el Gobierno.
En su balance del año que termina, Sánchez se ha mostrado sumamente optimista sobre la situación económica y las perspectivas de cara al futuro. Sánchez mostró su «absoluto respeto» por el discurso del rey Felipe VI el día de Nochebuena y aseguró que es «el jefe del Estado y todos los ciudadanos, voten lo que voten, se tienen que ver reflejados en su discurso». «Nosotros como Gobierno nos vimos reflejados en ese discurso», añadió.
El jefe del Gobierno mostró su preocupación por la polarización política «asimétrica» que se está imponiendo en el debate público. «Hay gente que insulta y gente que somos insultados», indicó, añadiendo que «hay partidos asediados y líderes que instan al asedio de esas fuerzas políticas». El compromiso del Gobierno, aseguró, es «no entrar en descalificaciones ni a la broca con mas bronca». «Vamos a hacer del respeto y la urbanidad nuestra forma de hacer política», dijo.
Aseguró que la lógica de la derecha y la ultraderecha es «desmovilizar al lectorado y crear desafección» para que cuando lleguen las contiendas electorales haya «desmovilización». «Ese no es un proyecto para nuestro país», sostuvo,indicando que el comportamiento de la derecha se debe a la «rabia y la frustración» por no haber conseguido sus objetivos en las elecciones
Consideró legítimo que la derecha se manifieste pero «no es aceptable el nivel de descalificaciones e insultos en las ultimas semanas». También desde los medios, según afirmó, es condenable que un líder de otro partido bromee diciendo «me gusta la fruta». «Es algo deleznable y de bajo nivel político», señaló, refiriéndose a las palabras de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.
Se refirió a su política exterior, que definió como «feminista» y defensora de los derechos humanos y la legalidad internacional y calificó de «histórica» la gestión de la presidencia española de la UE.
Respecto a los planteamientos maximalistas del Gobierno de la Generalitat, que habla de conseguir un referendo en el 2024, afirmó que no hay «nada nuevo bajo el sol», y defendió «encontrar un punto de encuentro entre el maximalismo de celebrar un referendo de autodeterminación» que él Gobierno no comparte y «reformar el actual sistema de financiación autonómica», que lleva desde el año 2005 en vigor.
El presidente del Gobierno no hizo ninguna referencia a la ley de amnistía en su balance del año y se mostró «orgulloso» de la mayoría que sostiene su Gobierno. Un Ejecutivo, sostuvo, que pretende «dialogar con todo el mundo y negociar hasta la extenuación para acordar con todos los que quieran hacerlo»