El joven de 20 años detenido por el asesinato del niño de Toledo confiesa el crimen

La Voz REDACCIÓN / COLPISA

ESPAÑA

Atlas

Los investigadores registraron la casa del padre y de la abuela, donde el sospechoso se habría cambiado de ropa. Los agentes tratan de localizar el arma del crimen en un canal de la localidad

20 ago 2024 . Actualizado a las 10:34 h.

El joven de 20 años detenido por el asesinato del pequeño Mateo, de 11 años, ha confesado el crimen que perpetró mientras la víctima jugaba a fútbol con sus amigos y que ha conmocionado a Mocejón, un pequeño pueblo de poco más de 5.000 habitantes ubicado en la provincia de Toledo.

El operativo de búsqueda de la Guardia Civil que trataba de dar con el agresor dio sus frutos cerca de las cinco y media de la tarde de este lunes, poco más de 24 horas después y a pocos kilómetros del crimen. «Es alguien del pueblo», señalaban varios vecinos horas antes de la detención. «Es alguien de aquí, lo tiene que ser porque conocía la zona», repetían insistentemente. Una sospecha que se confirmó minutos más tarde de las 17:30 horas.

A primera hora de la tarde, varios vehículos de la Guardia Civil entraban en la calle Dalí. Instantes más tarde, fuentes de la investigación confirmaban la detención de un joven de 20 años de nacionalidad española. El arrestado tiene familiares en el pueblo y estaba pasando unos días con su padre y su abuela. Allí precisamente fue detenido, en casa de su padre. Los registros policiales se centraron este lunes tanto en esa vivienda como en el domicilio de la abuela, adonde los agentes de la Guardia Civil han acudido con el detenido para llevar a cabo la inspección. En casa de la abuela el presunto agresor se habría cambiado de ropa, aunque se desconoce si antes o después de cometer el crimen.

Las fuentes consultadas han indicado que el detenido deliraba al hablar y no mantenía un discurso coherente, lo que podría indicar que sufra algún trastorno.

Diversas dotaciones de la Guardia Civil se han centrado esta tarde en rastrear el canal de riego de Mocejón, que a primera hora del lunes discurría con caudal y fue vaciado para poder buscar el arma del crimen. Dos agentes han inspeccionado el canal con sus manos y además se ha utilizado una máquina que extrae el barro del fondo (el cauce era de un palmo de agua embarrada) y tiene un imán para detectar objetos metálicos. Al caer la noche, los agentes suspendieron la búsqueda pero esta mañana, con la luz del día, han vuelto a rastrear la zona para intentar encontrar el objeto punzante con el que se cometió el crimen de Mateo. 

Varios pasos sigilosos que llevaron hasta el chalé familiar del presunto asesino

Las imágenes de varias cámaras privadas y la triangulación de la posición de su teléfono permitieron dar con el paradero del presunto asesino, que tras las preguntas de la Guardia Civil admitió haber cometido el crimen.

Ahora queda por descubrir los motivos que han llevado al autor a cometer este acto. El padre del joven ha confesado que su hijo sufre una discapacidad psíquica, aunque el instituto armado asegura que aún hay que aportar informes médicos y que todavía está pendiente la revisión del médico forense de los juzgados de Toledo.

Muchas vías de escape

Otra de las incógnitas que aún quedan por resolver es cómo evitó las miradas de los viandantes. «Es una zona por la que vamos a pasear mucho y a esa hora seguro que había alguien», recalcaban los vecinos. De momento, fuentes de la investigación ni confirmaban ni desmentían el uso de algún vehículo tras el crimen.

En la verja del polideportivo Ángel Tardío se pueden ver hasta cuatro aperturas diferentes por donde pudo entrar y huir el asesino del menor. Fuentes policiales apuntan a la situada en la parte opuesta a la puerta principal, un boquete en el vallado da acceso a las instalaciones. «Hay que ser de la zona para saber dónde está ese agujero», señalaba este lunes Asell Sánchez, portavoz de la familia.

Esta salida da a un camino de tierra que acaba en el canal del Jarama. Es aquí donde el instituto armado, según confesó el sospechoso, buscaba el arma del crimen. Esta es ahora la principal preocupación, el hallazgo del artefacto que acabó con la vida del joven Mateo. Un aspecto clave para la resolución judicial del caso y confirmar la autoría. 

Los vecinos y allegados del pequeño siguen sin dar crédito al salvaje ataque que acabó con la vida de Mateo. El pequeño recibió al menos 11 puñaladas, tres de ellas en el tórax, que le causaron la muerte. Los hechos ocurrieron hacia las 10 horas. De repente, un joven, que llevaba el rostro tapado con un pañuelo, entró en el campo de fútbol donde se encontraba el grupo de niños. En la mano llevaba un objeto punzante y se dirigió a los menores. Todos pudieron escapar, salvo Mateo, que cayó malherido cerca de una de las gradas. Cuando los servicios de emergencias llegaron hasta el menor, ya se encontraba en parada cardiorrespiratoria y no pudieron reanimarle.