México justifica su veto al rey por no haberse disculpado por la conquista

María Salgado
María Salgado REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, y el rey Felipe VI
La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, y el rey Felipe VI Raquel Cunha, Marcos Cebrián

Sheinbaum no invita a Felipe VI a su investidura y el Gobierno se autoexcluye

26 sep 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Se agudiza la crisis diplomática con México, que sigue exigiendo disculpas por el pasado colonial. En un hecho sin precedentes en las relaciones de España con los países latinoamericanos, Felipe VI no ha sido invitado a la investidura de Claudia Sheinbaum como primera presidenta del país azteca que se celebra el próximo 1 de octubre y a la que tampoco acudirá ningún miembro del Gobierno, que tachó el veto al monarca de inaceptable. «España ha decidido no participar en dicha toma de posesión a ningún nivel», reza el comunicado remitido a última hora del martes por el Ministerio de Asuntos Exteriores, cuyo titular, José Manuel Albares, solicitó ayer su comparecencia en el Congreso para explicar esta ausencia. La presidenta electa, que ironizó con que el asunto «tiene su chiste», aclaró este miércoles, mediante una carta publicada en redes sociales, que no convidó al rey por no haberse disculpado por la conquista, como le había pedido el presidente en funciones, Andrés Manuel López Obrador, en una misiva enviada a la Zarzuela en el 2019 y que nunca obtuvo respuesta. «Lamentablemente, dicha misiva no mereció respuesta alguna de forma directa, como hubiera correspondido a la mejor práctica diplomática de las relaciones bilaterales», protestó Sheinbaum, que también se quejó de que la carta se hubiera filtrado a los medios.

Sánchez: «Es inexplicable»

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que habló por teléfono con la mexicana el pasado lunes, aunque no quiso dar detalles de la conversación por «discreción», definió como inexplicable el veto a Felipe VI. «No podemos aceptar esa exclusión y por eso hemos manifestado la ausencia de cualquier representante diplomático en señal de protesta por una exclusión que consideramos inaceptable e inexplicable por el grado de relación que tienen España y México, dos países hermanos», dijo desde Nueva York, horas antes de intervenir en la Asamblea General de la ONU. El socialista reconoció su «enorme frustración» por el hecho de que este gesto provenga de un Ejecutivo progresista. «Es una lástima el que se trate de utilizar la figura de nuestro jefe del Estado, el rey Felipe VI, en una polémica que desde luego no obedece al sentir de la sociedad española», censuró.

También la ministra de Defensa, Margarita Robles, fue tajante al respecto: «Si se excluye al jefe del Estado, España no va a estar representada». Y coincidió con ella el portavoz del PP, Borja Sémper: «Si el rey no está invitado, España no está invitada».

López Obrador y la prepotencia

El todavía presidente mexicano apoyó el veto de Sheinbaum a la Casa Real y acusó a esta de actuar con «prepotencia y arrogancia» al no haber contestado la carta «respetuosa y formal» que le envió exigiendo disculpas por la conquista española a los pueblos originarios del país. «Ojalá rectifiquen. ¿Qué les cuesta ofrecer una disculpa?», se preguntó López Obrador. Su sucesora, que considera que la relación entre los dos países «se beneficiaría con una renovada perspectiva histórica», acusó a la Corona de «agravio al pueblo de México» y advirtió de que seguirá exigiendo disculpas.

Estaba previsto que a su toma de posesión acudieran el rey, Albares y la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. Tras vetar al monarca, Sheinbaum convidó a Sánchez, pero el próximo martes ningún representante de España participará en la investidura de la presidenta mexicana por primera vez desde que restablecieron las relaciones diplomáticas en 1977.

Desde el «nacionalismo indigenista»

HÉCTOR ESTEPA Nueva Jersey / E. La Voz

Andrés Manuel López Obrador juró como presidente en el 2018 sosteniendo un bastón de mando, símbolo de poder y respeto por los pueblos indígenas, como una declaración de intenciones, aunque su sexenio termina con críticas relevantes desde parte de los colectivos de pueblos originarios.

Ese «nacionalismo indigenista» llevó pronto a roces importantes con España. López Obrador envió en el 2019 una misiva a Felipe VI y al papa Francisco exhortándolos a que pidiesen perdón por los abusos cometidos durante la etapa de la conquista, señalando la incursión de Hernán Cortés, hace cinco siglos, como un acontecimiento «tremendamente violento, doloroso y transgresor». El Gobierno de Pedro Sánchez rechazó «con toda firmeza» el contenido de la carta, asegurando que los episodios de hace 500 años «no pueden juzgarse a la luz de consideraciones contemporáneas».

En el 2021, López Obrador volvió a exigir a las autoridades españolas que pidiesen perdón por unas declaraciones del expresidente José María Aznar. El problema creció a principios del 2022, cuando el presidente del país norteamericano declaró una «pausa» en las relaciones entre México y España después de acusar a empresas españolas como Repsol e Iberdrola de haber sido privilegiadas por los gobiernos anteriores y de querer mantener esa excepcionalidad ante su propuesta de reforma energética. «A México lo saqueaban», señaló entonces.

El año pasado arreciaron las críticas contra Felipe VI después de que el monarca se reuniese con madres buscadoras de desaparecidos con las que el presidente no se lleva bien. López Obrador abraza causas sociales salvo las que no bailan al son de su Gobierno. El indigenismo no es una excepción. Numerosas organizaciones criticaron sus megaproyectos en tierra indígena, como el Tren Maya y el Corredor Interoceánico, denunciando despojo y deficiencias en el proceso de consulta previa.

La presidenta mexicana convida a Putin, Maduro y Yolanda Díaz, aunque la ferrolana no irá

La presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum, ha pasado de justificar las invitaciones al dirigente venezolano Nicolás Maduro y al ruso Vladimir Putin, sobre quien pesa una orden de arresto del Tribunal Penal Internacional, a su toma de posesión, argumentando cuestiones protocolarias, a dejar fuera por razones políticas a los líderes de Ecuador y Perú, y a Felipe VI. Quien sí fue convidada es la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que tiene una «magnífica relación» con la mexicana y que en julio expresó su voluntad de acudir a la investidura, aunque ayer, tras la línea marcada por Exteriores, descartó finalmente su presencia.

Pisarello, Colau e Iñarritu

Otros miembros de su formación no se perderán el evento, como el diputado de Sumar y dirigente de los comunes, Gerardo Pisarello, quien criticó la «arrogancia» y «enorme torpeza diplomática» del monarca, y definió como «lógico que un rey que no respetó no sea respetado». También estarán presentes la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau y el diputado de EH Bildu Jon Iñarritu. Lamentaron la postura de Exteriores de no acudir el portavoz de IU, Enrique Santiago, y la diputada de Más Madrid Tesh Sidi. Más allá fue la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, quien justificó el veto al monarca: «El rey avergonzó a España en la toma de posesión de Gustavo Petro y ahora no lo invitan a México. Aunque el facherío patrio se enfade, el rey es un problema para las relaciones internacionales basadas en el respeto».