Versiones contradictorias de Mouliaá y Errejón: «Ejerció el poder para abusar de niñas; le daba igual 8 que 80»
ESPAÑA
La denunciante, con un relato incoherente por veces, y el cofundador de Podemos chocan en sus declaraciones
20 ene 2025 . Actualizado a las 17:07 h.Esta semana declararon ante el juez el expolítico Íñigo Errejón, muy tranquilo al llegar al juzgado, y la actriz Elisa Mouliaá, emocionada y nerviosa, por la denuncia de esta contra él por presunta agresión cometida a finales de septiembre del 2021. Las versiones de ambos son divergentes. Él se muestra convencido de que la denuncia presentada en octubre, tres años después de los hechos, no tendrá recorrido porque la relación fue consentida. Las agresiones, según ella, fueron tres: en el ascensor de camino a una fiesta en un piso de Madrid, donde Mouilaá dice que Errejón la besó sin su consentimiento; en una habitación de esa vivienda, en la que asegura haber sufrido tocamientos no consentidos; y, finalmente, en el piso del expolítico, al que fueron después. La actriz relató el viernes en Telecinco cómo vivió esas agresiones. Pero fue más allá. Aseguró que la contactaron otras víctimas para denunciar «violación, niñas de 19 años, felaciones, rayas de coca, cosas horribles». Dice que Errejón «es una persona que ha ejercido el poder para abusar de niñas, de chicas y de mujeres porque le daba igual ocho que 80». Y que una incluso recibió sumisión química.
los hechos
Relación consentida o agresión sexual. Elisa Mouliaá defiende que fue víctima de una agresión sexual, mientras que Íñigo Errejón declaró al juez que lo habido entre ambos «todo fue consentido». Ella lo incrimina, pero él habla de «tonteo» sobre la invitación a la fiesta y el primer contacto íntimo en el ascensor. «Estábamos todo el rato de tonteo, la besé primero y luego ella respondió», dijo.
Sobria o ebria. En la vivienda, manifestó Errejón, los invitados fueron «muy agradables» con él, que bebió. Ella «no estaba muy ebria y sabía perfectamente lo que hacía». Mouliaá reseñó que estaba «muy bebida» e incluso le dijo a la fiscala que él puedo haberle «echado algo en las dos copas de ron con limón» que le sirvió.
«Estaba muy borracha, no había comido. Tenía lagunas y no recuerdo cuando salí de la habitación», declaró la actriz. En Telecinco el viernes dijo que tomó una copa o dos, y después, que fueron una cerveza y cuatro copas. El juez se percató de que el estado ebrio de Mouliaá es novedad, pues no lo relató ante la policía en la denuncia.
Forcejeo o aprobación. «Yo no soy muy de bailar y estuve hablando con unos y con otros. Habría ocho o diez personas, pero no es cierto, es imposible que ella estuviera hablando con un amigo y de repente llegué y me la llevé de forma violenta a la habitación», señaló Errejón. «Estábamos en la cocina, donde estaban las bebidas, íbamos a besarnos y le dije que esperara. Le cogí de la mano, nos fuimos a una habitación y nos tiramos en una cama», añadió. Ella no lo recuerda así: «Le dije que me sentía violentada y llegué a forcejear con él para levantarme azorada de la cama».
«Solo sí es sí». La actriz declaró que él sacó el pene y le «tocó los pechos y el culo». Él niega lo primero y mantiene que «en ningún caso» iban a tener una «relación sexual» en una casa desconocida. Subrayó que ella nunca le dijo que «parara, que se sintiera incómoda». Y que la frase que le reprochó de «solo sí es sí» «nunca existió». Ella asegura que le soltó que «a una mujer no se la trata así y que parecía mentira que no entendiera que ‘solo sí es sí'».
La duda del pestillo. Elisa Mouliaá dudó si la puerta de la habitación donde se produjeron los supuestos tocamientos tenía pestillo o no. El atestado policial lo recoge. Ella apuntó que lo debió de añadir la policía, pero que en cualquiera de los casos él se cercioró de que la puerta estaba cerrada para seguir con los tocamientos. La defensa del exdiputado asegura que demostrará que esa puerta no tiene pestillo, que ella mintió, que no fue cerrada contra su voluntad, y podía abandonar el cuarto.
En casa del expolítico. Elisa Mouliaá y Errejón se fueron de la fiesta en el piso a la casa del expolítico. Este aseguró que ambos acordaron ir a su domicilio para mantener relaciones sexuales. Ella lo niega.
dimisión
Silencio en Sumar. El exportavoz de Sumar dimitió de sus cargos públicos el 24 de octubre, pero, según él, no fue por la denuncia de Mouliaá, que fue unas horas después. Explicó que en Sumar dieron por ciertas acusaciones anónimas de violencia sexual difundidas en redes y tras perder la confianza de la formación era incoherente seguir. Además, tras diez años en política, dijo, ya preparaba su salida. Sumar y Más Madrid reprocharon la conducta del político, pero habían callado ante anteriores rumores contra él sobre abusos e incluso Yolanda Díaz lo nombró portavoz en el Congreso.
presentación del libro
Fecha errónea. La denunciante aseguró que el encuentro previo a la presunta agresión sexual, la presentación del libro de Errejón, fue en septiembre, cuando tuvo lugar el 8 de octubre.
borrado de mensajes
Acta notarial. El exportavoz de Sumar en el Congreso afirmó que presentará al juez un acta notarial que acredite que él no borró los mensajes de su móvil, sino que fue la actriz quien lo hizo antes de interponer la denuncia.
la denuncia
Tardanza y secuelas. Mouliaá proclamó que le comentó «a sus amigas, padres y hermanos el 20 de octubre del 2021», al menos tres semanas después de los hechos, lo que había pasado. «En ese momento» no fue consciente de que fueron agresiones sexuales. Después fue a un psiquiatra por un cuadro de depresión, primero, y luego al terapeuta. No denunció antes lo sucedido porque, argumenta, el psiquiatra le dijo que esperara a estar preparada. En octubre lo justificó «por miedo, por ser quien era Errejón» y con temer ver dañada su carrera de actriz. Sin embargo, ahora se plantea si ha valido la pena. Se contradice al afirmar que le afectó lo sucedido con Errejón respecto a lo asegurado hace meses ante las cámaras de televisión. Errejón cree que denunció por «subirse a la ola mediática» y recordó que ella denunció también a su exmarido.
feminismo
Silencio. En octubre, diferentes organizaciones feministas condenaron los hechos defendiendo que «el machismo no entiende ni de izquierdas ni de derechas», pero a las puertas de los juzgados donde declararon el cofundador de Podemos y la denunciante no hubo concentraciones de movimientos feministas como suele ser habitual en casos de violencia machista. Tampoco asociaciones feministas se personaron como parte de la acusación popular en el caso.