España sigue a oscuras diez días después

Francisco Espiñeira Fandiño
Francisco Espiñeira SIN COBERTURA

ESPAÑA

Feijoo, durante el debate de este miércoles en el Congreso
Feijoo, durante el debate de este miércoles en el Congreso J.J. Guillén | EFE

08 may 2025 . Actualizado a las 10:42 h.

Hubo una pequeña sorpresa en la comparecencia del presidente del Gobierno en el Congreso: fue una de las escasas veces en las que asumió un «lamentable error». Aunque fuera en el plural mayestático del «hemos cometido». Pero, abandone toda esperanza, no se refería a las causas del apagón que dejó a oscuras a toda España durante doce horas la semana pasada. Ni tampoco la sucesión de problemas en la red ferroviaria, no solo en el AVE, sino también en las cercanías de aquellos privilegiados que pueden disfrutar de ellas. Se refería al prosaico lance contractual de seis millones de euros en balas adquiridas a Israel por Interior en un concurso público. Curiosamente, ni las sombras de corrupción que rodean a su partido y a su propia familia, ni mucho menos el apagón o la crisis ferroviaria, aquella compra fue lo único que llevó a la extrema izquierda a cuestionar su continuidad en el Gobierno.

Por lo demás, Sánchez no sorprendió a nadie. Tiró del manual del populista para echarle la culpa a las nucleares y a las eléctricas, aunque no se atrevió a calificar de empresa privada a Redeia. Señaló de soslayo a su amiga Beatriz Corredor, ahora discutida porque se atrevió a negar la hipótesis del ciberataque. Y se dedicó a exigir el apoyo incondicional de la oposición mientras se mostraba sumiso y suplicante con los que le pusieron en la Moncloa hace año y medio,

El socialista recibió un severo castigo de sus teóricos aliados por su plan para aumentar el gasto militar al 2 % del PIB. Y mostró que el muro que prometió construir frente a la derecha y la ultraderecha tiene muchas grietas, pero también pocos interesados en abandonarlo.

En casi ocho horas de falso debate, en realidad no hubo más que una sucesión de monólogos, hubo tiempo para insultos de varios tipos, abucheos y aplausos repartidos de forma desigual, pero, lamentablemente, los españoles seguimos a oscuras diez días después del apagón. Ni una sola explicación más allá de la defensa «irrenunciable» a la apuesta única por las renovables que nadie más en Europa secunda. Apenas la petición de tiempo para esclarecer lo ocurrido. El mismo tiempo que pidió tras la pandemia y que, cuatro años después, apenas ha servido para descubrir que el famoso comité de expertos nunca existió. A ver si aquí hay más suerte.