Ayuso monta una bronca estéril por los pinganillos y protagoniza una discusión con la ministra de Sanidad

xavier gual BARCELONA / E. LA VOZ

ESPAÑA

Ayuso, antes de iniciarse la Conferencia de Presidentes de Barcelona.
Ayuso, antes de iniciarse la Conferencia de Presidentes de Barcelona. David Zorrakino | EUROPAPRESS

07 jun 2025 . Actualizado a las 11:38 h.

Si alguien albergaba algún tipo de esperanza de que la cita de Barcelona pudiera dar algún fruto, por pequeño que fuera, la espantada de la presidenta de la Comunidad de Madrid al poco rato de comenzar acabó con ella. Isabel Díaz Ayuso cumplió con la amenaza lanzada en la víspera de abandonar la mesa si alguno de los presidentes empleaba una lengua cooficial. Y cuando Pradales hizo uso de la palabra en vasco, después de que Salvador Illa hiciera lo propio en catalán, se levantó y se fue. «Considero que es un disparate hablar en español en el pasillo durante el café y luego ponerse un pinganillo para tratar aquí los temas de todos los españoles», explicó más tarde. No lo entendió igual el lendakari, Imanol Pradales. «La señora Ayuso ha sido especialmente agria conmigo», lamentó, visiblemente afectado. La madrileña había protagonizado otro encontronazo a primera hora, nada más llegar al palacio de Pedralbes, cuando le negó dos besos a la ministra de Sanidad, Mónica García. «No quiero que me dé dos besos una persona que constantemente nos llama asesinos», explicó más tarde en referencia al caso de las 7.200 muertes en residencias geriátricas de la comunidad durante la pandemia que están siendo investigadas por la Justicia. «Eso es hipocresía institucional y de hipócritas el mundo está lleno»

La extrema crispación que domina las relaciones entre socialistas y populares se puso de manifiesto ya en el recibimiento protocolario al pie de las escalinatas del palacio de Pedralbes, antigua residencia de los reyes en sus estancias en la ciudad. El presidente del Gobierno y el de la Generalitat recibieron a las comitivas populares con indisimulada frialdad, a pesar de unas temperaturas casi veraniegas, por momentos sofocantes, de una Barcelona soleada a las puertas de la festividad de San Juan.

Aunque también hubo momentos para relajar tanta tensión ambiental. Illa, en calidad de anfitrión, agasajó a sus invitados con una buena muestra de la cocina tradicional catalana. No faltó el xató (lomo de bacalao, anchoa de la Costa Brava y ventresca), canelón Gaig con crema de trufa negra, suquet de pescado y fricandó de ternera de Gerona con bolets (setas). Y para postre, crema catalana y recuit de drap (similar al requesón) con miel y crujiente de avellanas de Reus.