Encierran en el baño, desnudan y golpean a un niño de 11 años en un campamento en Huelva
ESPAÑA

Este caso de acoso a un menor ha ocurrido en Cartaya. Según la denuncia, se creó una «atmósfera de superioridad» que envalentonó a los agresores que, al tener entre 12 y 15 años, no pueden ser todos imputados
29 sep 2025 . Actualizado a las 14:01 h.Tan solo por tener rasgos asiáticos, se desataron las hostilidades del resto de compañeros hacia un niño de solo 11 años en un campamento urbano de la localidad onubense de Cartaya. Apenas un día después de empezar a asistir, se convirtió en víctima de ataques de racistas, humillaciones y acoso. Un caso de bullying que ha dado a conocer el medio Huelva24, que ha tenido acceso a la denuncia que relata los abusos sufridos por el menor.
Durante la segunda jornada en la que el niño asistía empezó a sufrir insultos racistas por su fisionomía, diferente a la de los demás por sus orígenes. Le increparon mientras jugaba a videojuegos en un ordenador. Paulatinamente, tal y como recoge la denuncia efectuada ante las autoridades, se creó hacia él una «atmósfera de superioridad» que provocó que los acosadores fuesen jaleados por el resto de menores de más corta edad para continuar sus ataques.
Cuando uno de los adolescentes le hizo un gesto de carácter sexual que asustó a la víctima, el menor avisó a una de las monitoras del campamento, que en un primer momento, consiguió disolver al grupo de acosadores. Sin embargo, en el escrito que ya se está tramitando judicialmente, queda patente que chivarse aumentó aún más la agresividad hacia él.
Aterrorizado en el baño
Así, al día siguiente, «niños más mayores» lo encerraron en el baño, mientras otros vigilaban para no despertar sospechas entre los adultos encargados del campamento. En el interior, siete jóvenes le rodearon, golpearon y desnudaron, dándole una fuerte patada que lo llevó al suelo. En la denuncia se hace mención al pánico sufrido por la víctima dada la situación de inferioridad numérica y de fuerza física con respecto a sus agresores, que también sacaron sus teléfono móviles para grabar la agresión. El ataque cesó después de que otro compañero pasase por el lugar, oyese los gritos de auxilio y avisase de lo que estaba ocurriendo a dos monitoras que se vieron obligadas a intervenir para que los agresores depusieran su actitud.
Aunque durante el resto del día la víctima estuvo acompañada, al salir del campamento y de camino a casa siguió siendo increpado, dándose cuenta sus padres a su llegaba de que estaba completamente aterrorizado. Por el momento han sido identificados con nombres y apellidos dos de los agresores, mientras la defensa jurídica del menor ya ha pedido las grabaciones de cámaras de seguridad que demuestren el acoso sufrido entre las instalaciones del campamento y su domicilio. Los agresores tienen entre 12 y 15 años de edad, siendo la edad mínima para ser imputados de 14, lo que complican aún más el establecimiento de sanciones hacia los acosadores.