El Bigotes logra un régimen penitenciario más abierto con fines de semana alternos en casa

La Voz REDACCIÓN / EFE

ESPAÑA

Álvaro Pérez | 5 años y dos meses | El «Bigotes» era el hombre en Valencia de Correa y responsable de Orange Market.
Álvaro Pérez | 5 años y dos meses | El «Bigotes» era el hombre en Valencia de Correa y responsable de Orange Market. Javier Lizón

Álvaro Pérez, uno de los principales condenados de la trama Gürtel, cumple su condena en un Centro de Inserción Social

15 oct 2025 . Actualizado a las 18:52 h.

Álvaro Pérez, conocido como El Bigotes y uno de los principales condenados en el mediático caso Gürtel, ha logrado un significativo avance hacia una condena más flexible. Tras meses de gestiones, el empresario disfruta ahora de un régimen de semilibertad que le permite pasar fines de semana alternos en su domicilio.

Pérez, quien acumula una pena de 18 años de prisión por su implicación en diversas ramificaciones de la macrocausa de corrupción, se encuentra actualmente en un Centro de Inserción Social (CIS). Este régimen, amparado en el artículo 100.2 del reglamento penitenciario, le permite cumplir su castigo fuera de un centro penitenciario tradicional y bajo un programa de tratamiento específico.

La propuesta para flexibilizar su situación provino del CIS Melchor Rodríguez García, que solicitó hace unos meses al Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional la posibilidad de que Pérez disfrutara de fines de semana alternos, más días festivos fuera del centro y permisos para salidas médicas o laborales.

El programa diseñado para El Bigotes tiene como principal objetivo «la normalización vital y laboral y consolidación de sus relaciones familiares y sociales». Además, incluye la participación en actividades con la ONG Solidarios, lo que a su vez le permite abonar la responsabilidad civil impuesta, con un compromiso de pago de 300 euros mensuales. 

Hace casi un año, el juez ya había autorizado una flexibilización previa de las medidas, en sintonía con el criterio de la Fiscalía, considerando «factores positivos» como el pago parcial de la responsabilidad civil y su colaboración con la Justicia al reconocer los hechos en juicios recientes. En aquel momento, se le permitió salir a trabajar y colaborar con la ONG en un horario establecido, regresando a prisión para dormir.

Pérez contaba entonces con una oferta laboral y la oportunidad de participar en charlas de sensibilización en centros educativos y universidades con la ONG Solidarios, una actividad en la que el juez valoró su «voluntad de resarcir el daño causado».

Mientras tanto, Francisco Correa y Pablo Crespo, los otros dos principales condenados en las múltiples ramas de este caso de corrupción, llevan ya más de un año en régimen de tercer grado.