Fallece el abogado Rodríguez Menéndez, un polémico abogado de las cloacas que fue devorado por la prensa rosa

ESPAÑA

El abogado Rodríguez Menéndez, en una imagen de archivo
El abogado Rodríguez Menéndez, en una imagen de archivo Europa Press

Quiso tapar los GAL, atacó a la prensa desde el «YA» y se fugó a Argentina

18 oct 2025 . Actualizado a las 10:02 h.

Emilio Rodríguez Menéndez (Madrid, 1950) inventó las cloacas antes de que el término se popularizase. El polémico abogado murió el pasado jueves, el día que debería haber celebrado su 75 cumpleaños, tras una agonía de una semana. Protagonizó innumerables episodios, casi siempre poco edificantes, en las décadas de los 80 y los 90 del siglo pasado.

Era un personaje poco ortodoxo, acostumbrado a pasear por el alambre sin medir bien los riesgos. Cuando los abogados presumían de discreción y medían su prestigio por los casos ganados, él optó por la vía rápida. Su hábitat natural eran los medios. Y los casos imposibles. Lo importante era la minuta y el titular. Y le valía la Dulce Neus, una asesina confesa, el Dioni, que presumía de haberse fugado con un blindado cargado de billetes y gastárselos en Brasil, o Antonio David Flores, el exmarido de Rocío Carrasco, que le supusiera un titular en el Interviú. En su listado de clientes no faltaron ni los asesinos del dirigente de Herri Batasuna Santi Brouard ni el autor de la muerte del hincha de la Real Sociedad Aitor Zabaleta.

En sus años de máxima exposición, llegó a dirigir un periódico, el Ya, que desapareció poco después dejando tras de sí un reguero de bulos —sí, también existían en los 90— y hasta una entrevista inventada con Antonio Anglés, el desaparecido señalado como autor de las muertes de las niñas de Álcaser.

De aquella época le vino la relación con las cloacas del Ministerio del Interior. En el 2005 fue condenado por la difusión de un vídeo de contenido pornográfico del periodista Pedro J. Ramírez. La condena le supuso un breve paso por prisión en el 2006, antes de fugarse a Argentina en el 2008, ya que contaba con otra sentencia firme por un fraude fiscal de más de cuatro millones de euros. Antes de morir, en el 2023, aún fue condenado de nuevo a otros cuatro años de cárcel por estafar a tres teóricos socios en una operación de compraventa de petróleo.

Excéntrico

Tan excéntrico era que llegó a montarse un zoo en casa y le gustaba posar con un león todas aquellas veces que no podía hacerlo con una modelo de portada del mundillo televisivo, aunque alguna de ellas confesara que todo era impostado y a cambio de dinero. Pasó de las páginas de sucesos a la prensa rosa. Mila Ximénez, Nuria Bermúdez o Malena Gracia le servían para intentar conseguir el glamur que su paso por los juzgados no le daba. Volvió a la crónica negra en el tramo final de su vida, cuando Laura Fernández, su última esposa oficial, la cuarta, contrató a un sicario para asesinarlo a cambio de «cincuenta millones de pesetas y un polvo». Falló por poco, pero de aquellas secuelas el letrado nunca se repuso del todo.

Más suerte había tenido veinte años antes, cuando el hermano de otra de sus esposas quiso cobrarse una deuda impagada por unos trabajos en un prostíbulo a cuchilladas.