Alegría justifica como un «encuentro personal» su cena con Salazar, el exdirigente del PSOE apartado por acoso

Paula de las Heras MADRID / COLPISA

ESPAÑA

Pilar Alegría, este martes en el Senado
Pilar Alegría, este martes en el Senado A. Pérez Meca | EUROPA PRESS

La ministra se reunió con el excargo de la Moncloa forzado a dimitir en julio, tras ser señalado por dos mujeres por su conducta cuando era su jefe

04 nov 2025 . Actualizado a las 20:47 h.

El fantasma de Francisco Salazar, el exresponsable de la coordinación institucional de la Presidencia del Gobierno y exsecretario de acción electoral y análisis de la ejecutiva del PSOE, vuelve a aflorar cuatro meses después de que fuera apartado abruptamente de sus responsabilidades tras las acusaciones de una trabajadora de Moncloa y otra del partido de conductas indebidas cuando era jefe de ambas.

El martes, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros semanal, la ministra portavoz, Pilar Alegría, se vio obligada a responder sobre la cena que mantuvo en un restaurante madrileño este lunes. Alegría lo justificó como un «encuentro en el ámbito personal» con «una persona» a quien conoce «desde hace muchos años y a la que no veía hace medio». «Sin más», trató de zanjar. La cita se produjo en un italiano del barrio de Chueca, próximo al Congreso.

El 6 de julio, Salazar tuvo que abandonar su cargo en el Ejecutivo en puertas del comité federal en el que iba a convertirse en uno de los adjuntos a la nueva secretaria de organización de los socialistas, Rebeca Torró, sustituta de Santos Cerdán tras la conmoción provocado por el informe de la UCO que derivó en la imputación primero y, después, en el ingreso en prisión del exdiputado navarro por encabezar supuestamente la trama Koldo-Ábalos.

Salazar, escudero de Pedro Sánchez desde los tiempos de las primarias fue señalado por dos mujeres en una información difundida ese mismo sábado, cuando los dirigentes del partido acudían al comité en Ferraz. Ambas, preservando su identidad, referían actitudes de presunto hostigamiento que iban desde requiebros sobre el atuendo a invitaciones a cenar o a dormir en casa de su entonces superior jerárquico si la jornada laboral se alargaba. Una de ellas estaba adscrita a la Moncloa en la época en la que el excargo sevillano operaba en el equipo del primer jefe de Gabinete que tuvo Sánchez, Iván Redondo.

Aquella mañana, muy convulsa para una formación que digería el terremoto Cerdán, Alegría protagonizó un sonoro patinazo cuando, requerida por los periodistas a la entrada de la sede federal de los socialistas, definió a Salazar como «un compañero absolutamente íntegro».