Extremadura marca el inicio del pulso electoral entre Sánchez y Feijoo

maría eugenia alonso MADRID / COLPISA

ESPAÑA

El PSOE trata de contener daños y el PP, deshacerse de la dependencia de Vox

04 dic 2025 . Actualizado a las 22:33 h.

La decisión de María Guardiola de apretar el botón electoral ha colocado a Extremadura en el centro del tablero político nacional. Los principales partidos y sus líderes afinan sus estrategias conscientes de que lo que suceda el 21 de diciembre puede tener efectos a nivel nacional y condicionar las siguientes citas electorales en Castilla y León, y Andalucía, con la duda de si habrá apertura de urnas también en Aragón. En juego está la pujanza del PSOE en un momento de enorme debilidad de Pedro Sánchez, con su mayoría parlamentaria derrumbada por la crisis con Junts y asediado por los continuos escándalos de corrupción. La fortaleza del liderazgo de Alberto Núñez Feijoo, dos años después de haberse quedado a las puertas de la Moncloa, y el empuje de Vox, que sigue creciendo en las encuestas.

Los sondeos dan por segura la victoria de Guardiola, aunque sin llegar a la mayoría absoluta, y el derrumbe de los socialistas que rompería el empate técnico de mayo del 2023. PP y PSOE obtuvieron entonces 28 escaños y la balanza se inclinó hacia los populares. Pero, a cambio, la dirigente extremeña tuvo que aceptar muy a regañadientes la entrada de Vox en el Ejecutivo, del que salió 13 meses después. Las negociaciones podrían volver a repetirse si el PP no consigue reunir más escaños que toda la izquierda junta. El objetivo que se marcan en Génova es que Guardiola pueda gobernar en solitario o con el apoyo externo de los voxistas. El entorno de la presidenta extremeña no descarta una repetición electoral para evitar volver abrir las puertas a la ultraderecha.

Para conseguirlo, el líder del PP no escatimará esfuerzos durante las dos próximas semanas con una campaña en paralelo a la candidata para peinar todo el territorio. Feijoo, quien anoche asistió a la pegada de carteles en Almendralejo, visitará hoy Mérida, el Casar de Cáceres y Pinofranqueado.

Los socialistas tienen asumido que obtendrán su peor resultado, pero Sánchez tratará de contener daños y compartirá tres actos de campaña con Miguel Ángel Gallardo, que arrastra la mochila de su procesamiento por la contratación del hermano del presidente —también enjuiciado— en la Diputación de Badajoz en el 2017.

Abascal se ha instalado en Extremadura para tomar las riendas de la contienda voxista y demostrar que la tendencia al alza de su partido no es un espejismo. El último CIS le concede el doble de escaños en el Parlamento extremeño y la media de las encuestas a nivel nacional lo sitúan por encima del 15 % obtenido en el 2019.

Ferraz se encomienda a la contienda para evitar una debacle en las urnas. Con las encuestas a la baja, y un candidato que se sentará en el banquillo, el PSOE ha sacado la artillería pesada, a través de anuncios desde el Consejo de Ministros, para tratar de arropar a Gallardo y evitar así el que, se prevé, podría ser el peor resultado de la historia del partido en la región. El pasado 25 de noviembre, el Gobierno aprobó una inversión de 752 millones para una fábrica de chips en Trujillo, que generará 500 puestos de trabajo directos y 1.600 indirectos. Dos días después, el ministro de Transportes anunciaba un «gran avance» en la red ferroviaria con cuatro nuevas frecuencias, de lunes a viernes, entre Badajoz y Cáceres.

Los socialistas confían en el que fue uno de sus feudos electorales, y en obtener mejor resultado que el que le conceden sondeos como el del CIS, que augura una pérdida de nueve de los diputados que consiguió el fallecido Guillermo Fernández Vara en el 2023. En Ferraz confían, además, en que Guardiola acabe necesitando a Vox y puedan alimentar así el relato de que hay que parar a la extrema derecha.

Génova confía en sumar más que la izquierda para gobernar en solitario, aunque las encuestas han enfriado mucho las expectativas de que la candidata popular consiga la ansiada mayoría absoluta —situada en 33 diputados— para no tener que depender de Vox. El objetivo del PP pasa por consolidar el vuelco político en un feudo histórico del PSOE, donde los socialistas han gobernado 36 años frente a los seis de los populares —los cuatro de José Antonio Monago al frente de la Junta y los últimos dos de Guardiola—. En la cúpula del PP creen que. cuanto más se acerquen a la mayoría absoluta, menos margen tendrá la formación de Abascal para imponer sus políticas.