Este martes cumplió 66 años en un entorno radicalmente distinto a la gran fiesta que tuvo al llegar a los 60 en un local de Madrid con los nombres más destacados del PSOE
10 dic 2025 . Actualizado a las 08:42 h.En diciembre del 2019, la entonces esposa de José Luis Ábalos, Carolina Perles, y Koldo García organizaron una gran fiesta por el 60 cumpleaños del que era mano derecha del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Asistió la plana mayor del PSOE. La celebración (cuya confirmación de asistencia se gestionaba directamente a través de los teléfonos de Koldo y Carolina) tuvo lugar en un restaurante del Paseo de la Castellana de Madrid, propiedad del empresario Víctor Gonzalo de Aldama. Por todo lo alto.
Solo seis años más tarde, José Luis Ábalos pasó este martes su aniversario tras las rejas de Soto del Real. Lo único que conserva es la cercanía de Koldo, ya que ambos comparten celda. El viaje cuesta abajo desde la cúpula de poder del PSOE ha llevado a Ábalos a prisión preventiva desde el pasado 28 de noviembre. A pesar de su situación, sigue manteniendo un perfil público en su cuenta de X. Su penúltima publicación se subió el 3 de diciembre: agradecía el trato que recibía de los funcionarios e internos, pero admitía que no está nada cómodo: «Mi adaptación está siendo menos traumática de lo que esperaba. Eso sí, aquí hace mucho frío».
Puede que este año soplase alguna vela durante su rutina carcelaria, pero las prebendas no tuvieron nada que ver con las que disfrutó seis años atrás. Sigue siendo diputado, aunque aún no se ha dilucidado si se puede contar con su voto. En su última publicación en X, del pasado día 4, desgrana los cuatro puntos en los que basa su recurso contra el auto de prisión: en tercer lugar, señala la vulneración del derecho de representación política.
En cualquier caso, no ha solicitado a la Mesa del Congreso el voto telemático para el Pleno de esta semana. La Cámara sigue esperando que el Tribunal Supremo confirme su situación una vez que se resuelvan los recursos de apelación. Es una situación inédita: el Congreso no sabe qué hacer. Ábalos es el primer parlamentario en activo que ingresa en prisión en la historia de la democracia española. Podría apelar al artículo 83 del Reglamento de la Cámara Baja para conseguir una autorización que le permita votar de forma telemática en determinadas circunstancias.
La norma cita «situaciones excepcionales de especial gravedad que impida la asistencia a la sesión plenaria». Normalmente, suelen consistir en el fallecimiento de un familiar, pero está por ver si Ábalos puede justificar su estancia en Soto del Real como una de estas circunstancias.
Otra cuestión que queda en el aire es si este diputado adscrito al Grupo Mixto mantendrá o entregará su acta, como sí hizo en su momento Santos Cerdán antes de ingresar en Soto del Real el pasado mes de junio.