PSOE y PP celebraron en la capital sus actos de cierre de campaña
21 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.Dos semanas después del arranque oficial de la campaña y tras recorrer buena parte de España, los líderes del PSOE y del PP coincidieron ayer en Madrid, casi a la misma hora, aunque en escenarios diferentes, para bajar el telón de los actos electorales y realizar los últimos llamamientos al voto de cara a unos comicios que han afrontado con planteamientos diametralmente opuestos. Insistiendo en la clave local y autonómica, los socialistas, y tratando de convertirlos en un juicio general sobre la gestión del Gobierno central, los populares.
Sin salirse de este guión, salvo para introducir los agradecimientos de rigor de todo cierre electoral, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy estuvieron a última hora de la tarde en Ifema y en el Palacio de los Deportes de la Comunidad, respectivamente, arropando a sus candidatos a la alcaldía madrileña y al Gobierno regional. Aunque el líder popular aprovechó también buena parte de la jornada para hacer campaña en uno de los escenarios en los que su formación espera materializar su mensaje de cambio, Castilla-La Mancha, y donde además se juega buena parte de su crédito, puesto que es su número dos, María Dolores de Cospedal, quien aspira a desbancar al socialista José María Barreda.
En Madrid, Zapatero apeló al pasado y a la tradición del PSOE -«el partido con más historia y que más ha luchado por la democracia y por los trabajadores»- para pedir a todos los ciudadanos que mañana apoyen a sus candidatos. «Por respeto a nosotros mismos como país y por los que más lo necesitan».
También realizó guiños al movimiento obrero destacando los vínculos de la formación con UGT y se refirió a algunos aspectos concretos de su gestión al frente del Gobierno, como la ley de dependencia. Pero rápidamente volvió al discurso municipalista y autonomista que ha presidido sus intervenciones durante las dos últimas semanas. «Allí donde hay un alcalde socialista o un Gobierno autonómico socialista hay alguien que escucha, que trabaja con la sociedad, que se preocupa por los barrios, por los servicios sociales [...], en definitiva, por mejorar la sociedad», destacó Zapatero ante un auditorio compuesto por más de 4.000 militantes y simpatizantes socialistas.
Rajoy, por su parte, volvió a hacer un llamamiento al cambio y recurrió al desempleo para cargar contra los socialistas. «Este partido no acepta que en este país haya cinco millones de personas que quieren trabajar y no pueden. No nos vamos a resignar a que el 45% de nuestros jóvenes puedan trabajar y no puedan. Eso es inaceptable», dijo tras dirigirse al auditorio, compuesto por unas 15.000 personas, con una larga batería de preguntas: «¿Quién bajó los sueldos a los funcionarios? ¿Quién quitó el cheque bebé? ¿Quién subió el IVA?», enumeró obteniendo por respuesta gritos de «¡Zapatero!». «Estas elecciones son el primer paso para salir de la crisis. El Gobierno de España ha tocado fondo. No tienen programa, ni líder ni nada, pero nosotros estamos dispuestos a sacar el país a flote», dijo incidiendo una vez más en la idea central de su campaña.
Referencias a Sol
En ambos mítines hubo referencias al Movimiento 15-M, aunque con enfoques también muy diferentes. Zapatero dijo no tener miedo de «reivindicaciones y movilizaciones» y explicó que lo comprometen «a dar las respuestas sociales que necesita la gente para tener un futuro de empleo». Sin embargo, en la cita popular, parte del público optó por la crítica coreando el lema «Esto es democracia y no lo de Sol» y Esperanza Aguirre se pronunció en esa misma línea diciendo que a la democracia no se le deben poner apellidos.