Galicia, a la cabeza en colesterol

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UXÍA RODRÍGUEZ

Aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un ictus; prácticamente la mitad de la población gallega presenta cifras elevadas; y una vida sana consigue controlarlo si no hay elevaciones importantes. Galicia está por encima de la media estatal en hipercolesterolemia, pero cada vez la población es más consciente de su importancia. Eso sí, todavía hay mitos a desmentir: ni los huevos son el enemigo del colesterol, ni existe ningún riesgo por tenerlo demasiado bajo.

03 mar 2017 . Actualizado a las 15:31 h.

Quién no ha oído hablar en múltiples ocasiones del colesterol. Prácticamente toda la población sabe de los peligros que conlleva tenerlo elevado, la importancia de llevar una dieta adecuada y de la existencia del llamado malo y bueno. Aún así, probablemente haya muchas dudas sobre un tipo de grasa que la mitad de la población gallega tiene en niveles elevados.

 Por ejemplo, ¿qué es? Es un lípido (grasa), presente en células y sangre. Y las células lo producen porque es esencial para mantener la integridad de su membrana, y para formar hormonas sexuales, explica el jefe del servicio de cardiología del Chuac, José Manuel Vázquez Rodríguez.

En Galicia existe una prevalencia bastante significativa de niveles altos de colesterol. De hecho, es superior a la media estatal. Más de la mitad de los gallegos tienen un colesterol total superior a los 200 miligramos por decilitro en sangre (mg/dl); y prácticamente la mitad (un 46 %) tienen alto el llamado colesterol malo (LDL).

¿Y qué provoca? La hipercolesterelomia no es baladí. Lo explica el responsable de cardiología del Chuac, «incrementa la posibilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular, principalmente un ataque cardíaco». Y no es la única posible consecuencia, sino que también produce patologías cerebrovasculares, problemas en la circulación de las piernas, riñones, aorta... Riesgos que elevan la posibilidad de padecer enfermedades graves y deterioran la calidad de vida con hospitalizaciones, intervenciones y limitación de la capacidad funcional de la persona.

Cómo controlarlo

Sabidos los riesgos es importante controlar los niveles de colesterol en el día a día, pero ¿cómo hacerlo? Vázquez Rodríguez explica que si la persona tiene unos niveles poco elevados, una alimentación adecuada, realizar ejercicio físico y llevar una vida sana y sin tabaco pueden ser suficientes para lograr que las cifras se mantengan controladas. Diferente es cuando el paciente sufre una hipercolesterolemia familiar, un tipo genético que hay que controlar con fármacos porque eleva de forma considerable los niveles de colesterol. Este tipo se produce por múltiples mutaciones que hacen que los receptores del colesterol en la célula o del metabolismo del colesterol funcionen de forma anormal. La forma más grave es la homocigótica, en donde tanto el gen paterno como el materno están alterados, y que provoca enfermedades cardiovasculares y muerte a edades muy tempranas. Eso sí, hay pocos casos, en torno a 1 entre cada 150.000 y 300.000 personas. Es más común la hipercolesterolemia familiar en su forma heterocigótica, cuando solo hay un gen afectado, ya que afecta a una de cada 250 personas.

Evidentemente en estos casos es necesaria la presencia de fármacos para abordarlo, pero en general para tratar esta enfermedad también se requiere una alimentación saludable. Y ahí vuelven a surgir las dudas y polémicas, la más conocida la de los huevos, que durante años han sido considerados enemigos del colesterol. Y no lo son tanto. Efectivamente contienen colesterol, pero son un alimento de alto valor biológico. Desde el Chuac aclaran que si la persona tiene un nivel elevado se limita su consumo a 3-4 huevos enteros a la semana, «pero la relación no está bien demostrada y contiene ácidos grasos mono y poliinsaturados beneficiosos», aclaran.

Donde no hay duda es en la bollería industrial, que además no tiene ninguna contrapartida beneficiosa. Este tipo de productos elevan tanto el colesterol general como el malo.

En el caso del queso se aconseja por ejemplo que se consuma desnatado o de Burgos, y aunque cuando existe un problema de hipercolesterolemia se recomienda una ingesta moderada, tampoco hay estudios claros entre colesterol y este producto lácteo. Eso sí, incrementar los productos frescos y limitar los industriales, incluidos los embutidos, siempre es la mejor opción.

Cuando un paciente tiene la tensión arterial muy elevada se generan unos riesgos evidentes, pero cuando es muy baja también pueden existir problemas para la salud. No ocurre con el colesterol, en donde mantener unos niveles bajos nunca genera problemas. Explica el responsable de cardiología del complejo hospitalario de A Coruña, que se ha sugerido que cifras muy bajas podrían provocar alternaciones mentales, «pero no se ha observado incluso utilizando fármacos que bajan el colesterol de modo muy intenso».

Estatinas

El hecho de que una persona tenga unos niveles de colesterol en sangre elevados obedece en la mayoría de los casos a una dieta inadecuada combinada con una predisposición individual. Hay que excluir, evidentemente, aquellos pacientes que tienen una alteración genética que provoca una subida de las concentraciones plasmáticas de colesterol.

A una vida saludable hay que añadir fármacos en muchas ocasiones. Y casi siempre se utilizan las famosas estatinas. Estos compuestos inhiben la síntesis de colesterol por parte de las células. Cuando no son suficientes, se utilizan combinaciones. Por ejemplo, a veces se asocian a fármacos como el Ezetimibe, que disminuye la absorción de colesterol en el tubo digestivo, si la estatina no logra los objetivos deseados.

Dentro del arsenal terapéutico con el que cuentan los facultativos se incluyen también nuevos fármacos muy potentes para aquellos pacientes que o son intolerantes a las estatinas o no logran controlar los niveles elevados de colesterol, como son los anti PCSK9.

Aunque la palabra colesterol y sus consecuencias no parecen generar alarma en la población, José Manuel Vázquez Rodríguez asegura que los usuarios son cada vez más conscientes de su importancia y, afirma, en estos momentos le dan tanta relevancia como a la diabetes o a la hipertensión. De ahí que hábitos como el ejercicio físico moderado y diario o la alimentación saludable, incluyendo productos que reducen los niveles de colesterol, sean cada vez costumbres más frecuentes y adoptadas por los ciudadanos, sobre todo cuando llegan a la edad adulta.