Ellas tienen el mando... de la tele

EXTRAVOZ RED

Las mujeres han tomado el mando de las series televisivas. Son las protagonistas en una lista cada vez más larga de títulos de ficción que logran enganchar a millones de espectadores con historias originales, alejadas de los tópicos

27 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Alicia Florrick es la metáfora de la vuelta que las mujeres han dado a la ficción televisiva. Si en el primer capítulo de The Good Wife no era más que eso: una buena esposa, una buena madre, una especie de objeto bonito que acompaña  al gran personaje masculino; siete temporadas después ella es lo único que importa. Su crecimiento como ser humano, su trabajo, su vida personal. Ella. Y como en The Good Wife, un puñado de series se apoyan en personajes femeninos que se salen de los estereotipos habituales de la televisión. Ellas son las que mandan, y por primera vez en mucho tiempo, no solo nos importa su vida amorosa.

Mas allá del tópico

Pensar en personajes fuertes, de los que se quedan grabados en la televisión actual, era, hasta ahora,  pensar en masculino: Tony Soprano, Walter White, Eddar Stark, Don Draper, Nucky Thompson... Si buscamos en Internet las palabras «series» y «mujeres», todavía salen en los primeros puestos listas del tipo las-mejores-series-para-chicas, en las que, por supuesto no están Los Soprano, ni Breaking Bad, ni Juego de Tronos ni Mad Men ni Boardwalk Empire. Al parecer, a las mujeres nos gustan otras cosas. Que generalmente tienen que ver con los zapatos, los hombres y las historias de amor. O al menos eso parece que piensan los buscadores de Internet. 

Pero más allá de las ideas preconcebidas, las grandes cadenas estadounidenses  llevan años abriendo la puerta a series en las que son ellas los personajes fuertes, no los floreros. Y desde Europa se asoman también. Alicia Florrick, Birgitte Nyborg (Borgen), Hanna Horvath (Girls),  Carrie Mathison (Homeland), Olivia Pope (Scandal), Piper Chapman (Orange is the new black), Jessica Jones, Cookie (Empire), Stella Gibson (La caza), Annalise Keating (Cómo defender a un asesino) forman parte de un nuevo grupo de protagonistas en torno a las que gira la serie más allá de los esquemas tradicionales de género.

 Tramas más complejas, personajes con más de una cara, modelos que superan la simple copia del protagonista masculino de manual. Y más allá, espacios de ficción en los que tienen cabida opciones de vida que aún hoy se salen de los márgenes. Hay muchos homosexuales en televisión... ¿pero lesbianas? La cárcel de Orange is the new black ha permitido visualizar opciones sexuales, de vida, e incluso delictivas, a las que estamos poco habituados. En un caso paradigmático, Transparent da voz a quienes rompen con las identidades de género tradicionales.

  Detrás de buena parte de estas series hay una generación de mujeres que asumen los cargos de guionistas, creadoras y productoras, ese cajón de sastre que engloba muchas veces el término show runner. Además de la omnipresente Shonda Rhimes, responsable del culebrón Anatomía de Grey (donde los roles son más tradicionales) pero también de Cómo defender a un asesino o Scandal, se suman Jenji Kohan, de Orange, el tándem Lena Dunham y Jenni Konner, detrás de Girls, la mitad de The Good Wife, Michelle King, o la responsable de la súper heroína Jessica Jones, Melissa Rosenberg (que no en vano forma parte del Comité de diversidad del Gremio de guionistas de los Estados Unidos). 

«A los medios les encanta dividir a las mujeres en vírgenes o vampiresas, en ángeles o putas. No les animemos», sentencia Gillian Anderson en  La caza. Esa convención ha formado parte del discurso narrativo en la ficción televisiva y cinematográfica a lo largo de todo el siglo XX y lo que llevamos del XXI. Pasar por encima de ella es la tarea en la que se han empeñado estas mujeres.