El espacio es una mina

Raúl Romar García
Raúl Romar REDACCIÓN / LA VOZ

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Planetary Resources

Varias empresas han puesto las bases para la futura exploración de los recursos minerales de los asteroides, la gran alternativa para cuando se agoten en la Tierra. Quedan retos por resolver, pero es algo posible. ?

25 jun 2017 . Actualizado a las 04:00 h.

Platino, paladio, hierro, níquel, cobalto, oro... Los asteroides son un auténtico tesoro. No solo para la ciencia, ya que estas reliquias del espacio son claves para comprender mejor el origen de la formación del Sistema Solar, e incluso de la vida, sino también en su sentido más literal. Son una mina. Y se están empezando a convertir en una alternativa futura al declive de los recursos naturales en la Tierra. Lo que ahora suena a ciencia ficción, o al menos una actividad con unos costes inasumibles, puede dejar de serlo dentro de una o dos décadas, a medida que se consiga un abaratamiento de los viajes espaciales y de que algunos minerales utilizados en prácticamente todos los objetos de consumo diario empiecen a escasear. Es lo que vaticinan los expertos. Y no es una utopía, sino que puede llegar a ser un lucrativo negocio en el que ya han puesto sus ojos varias empresas que han inaugurado la denominada minería espacial o de asteroides. La pionera y más conocida es Planetary Resources, un grupo apoyado por los ejecutivos de Google Larry Page y Eric Schmidt, por el director de cine James Cameron o por el magnate Richard Branson, propietario de Virgin. Esta sociedad, creada en el 2012, lanzó hace dos años un primer satélite, el Askyd3, destinado a sondear alguno de los más de 9.000 asteroides, más o menos próximos a la Tierra, que disponen de recursos explotables «de gran valor económico». El pasado año incluso firmaron un acuerdo de colaboración con el primer ministro de Luxemburgo, el país europeo que más ha apostado por este futuro negocio, para el lanzamiento en el 2020 de la primera misión de prospección comercial de una roca orbital.

Otras compañías como Deep Impact Industries u Orbital Science también se han lanzado a la minería espacial, en la que también tiene puesto un ojo Elon Musk, el creador de Tesla y Space X. Hay razones sobradas que avalan su apuesta: algunos asteroides de 500 metros, por ejemplo, podrían contener todo el platino obtenido en las minas terrestres en toda la historia y alcanzar un precio de mercado de centenares de miles de millones de euros, en una estimación a la baja. Uno de los asteroides estudiados, 16 Psyche, con una extensión de 200 kilómetros de ancho, podría contener suficiente mineral de níquel para cubrir la actual demanda humana por millones de años.

Obstáculos

Pero la minería espacial aún debe superar importantes retos tecnológicos para convertirse en realidad. Hoy en día, poner en órbita un kilo de material a la Estación Espacial Internacional cuesta 30.000 euros, cifra que se triplica si se enviara a la Luna, y mucho más aún a un asteroide. Abaratar estos costes es una absoluta prioridad, pero ya se está trabajando en ello. Extraer mineral en una roca espacial y luego traerlo a tierra tampoco es fácil. Y deberían hacerlo robots mediante una tecnología que aún no se ha desarrollado, pero que es factible. Así lo cree el astrofísico y divulgador científico Borja Tosar. « No es algo imposible -dice-, porque misiones como Rosetta, Deep Impact, Stardust o Hayabusa, que consiguieron llegar a asteroides y recoger muestras de material, ya lo han hecho. Y también se ha enviado satélites para marcar asteroides». Otra cuestión es de quién será la propiedad del material recogido. La Ley del Espacio, aprobada por EE.UU. en el 2015, deja claro que quien sea capaz de recuperar recursos de un asteroide tiene el derecho de «poseerlo, transportarlo, usarlo y venderlo».